Con tal de ganarse la simpatía de los ciudadanos, los políticos están dispuestos a hacer cualquier cosa y esto sucede en todo el mundo, como lo demostró Bhagwant Mann, el ministro en jefe de la región de Punjab, en la India, quien quiso demostrar a sus gobernados que no hay ningún problema con la calidad del agua de un río, que además es considerado sagrado.
Con mucha seguridad, este hombre se presentó en el lugar y se bebió un vaso con el agua del río, pero después de un par de días comenzó a tener malestares y tuvo que ser enviado a un hospital para que lo trataran. Con esto quedó en evidencia que el agua de ese río, aunque sea sagrado, no es apta para el consumo humano y, claro, el político quedó como tonto ante los ciudadanos.
El río Kali Bein recorre más de 160 kilómetros a través de cuatro distritos, 80 villas y seis pueblos. Para la religión Sikh, se trata de aguas sagradas porque ahí se bañó Nanak Dev, el primer guía de esta religión, antes de alcanzar la iluminación y aprender el mantra sagrado de los Sikh.
Sin embargo, las riberas del río se han llenado de basura y desechos de los pobladores, por lo que desde el año 2000, el gobierno de la India ha desarrollado un programa de limpieza y saneamiento. Como se cumplen ya 22 años de que el agua se ha estado limpiando, Bhagwant Mann quiso demostrar que ya no hay problema, pero se equivocó.
Punjab Chief Minister openly drinks a glass of polluted water from a ‘holy river’ to prove that water is clean. Now admitted to hospital. pic.twitter.com/MH1OLwUlUw
— Ashok (@ashoswai) July 21, 2022
Dos días después de beber el agua, el político sintió fuertes dolores en el estómago mientras se encontraba en su casa en Chandigarh. El malestar empeoró y tuvo que ser trasladado vía aérea hasta el Hospital Indraprastha Apollo, en Delhi, donde tuvo que permanecer un par de días antes de regresar a sus actividades.
El problema de agua contaminada en la India es severo, pero miles de personas siguen bebiendo y bañándose en ellas, ya sea por necesidad o porque son lugares sagrados. De lo que estamos seguros es de que Bhagwant Mann no lo volverá a hacer, aunque eso lo haga perder adeptos en su carrera política.