Una serpiente pitón fue puesta en rehabilitación en una prisión para animales salvajes al oeste de Sidney, después de haber sido capturada en un laboratorio de drogas, lugar en el que desarrolló el mal hábito de absorber vapores y partículas en el aire provenientes de la fabricación de metanfetaminas.
El centro correccional para la vida silvestre en la prisión de John Maroney en Windsor, Sidney, ha tratado con 40 serpientes en el último año, junto con docenas de otros animales nativos como canguros, zarigüeyas, aves y otros reptiles.
Esta vez, la pitón fue cuidada por 14 prisioneros de seguridad mínima y algunos otros que trabajan con la fauna que es capturada y llevada al centro correccional.
Los miembros de pandillas criminales tienden a utilizar este tipo de animales para proteger y resguardar sus pequeñas fábricas, por lo que la exposición continua a las drogas los convierte en seres agresivos.
Ian Mitchell, gerente del Centro de Cuidado de Vida Silvestre (NSW Wildlife) en Windsor, habló sobre el caso de este reptil y dijo:
Normalmente estas pitones pueden ser ágiles, dóciles, son constrictores y no venenosas, pero ésta era muy agresiva y tenía un comportamiento muy errático.
Ahora, después de siete meses en rehabilitación, el reptil logró deshacerse de su mal hábito y al parecer está listo para volver a la sociedad, tan pronto como se le otorgue a un refugio de reptiles los certificados correspondientes.
El director de la prisión, Ivan Calder, dijo que el trabajo también proporcionó un ambiente calmante a los internos porque ayuda a reducir la reincidencia y permite la reinserción gradual con la comunidad, así como el refuerzo de la atención y consideración de los demás.
Minas Kassiotis, uno de los presos del centro, dijo:
“El trabajo me hace sentir orgulloso al saber que estoy pagando mi deuda con la sociedad haciendo algo para cuidar nuestra vida silvestre”.