Shibushi, una ciudad en Japón tuvo un habitante peculiar: Lala, un pingüino hembra que se encontraba en una red de pescadores, por lo que una familia lo rescató, cuidó e incluso le enseñó a ser autosuficiente, ya que ella sola iba al mercado a comprar el pescado que se iba a comer.
Durante años fue en un atractivo y una imagen especial al verla recorrer las calles desde su casa con la familia Hishimoto hasta el local donde conseguía pescado fresco.
Desde que la encontraron, la pareja de humanos ya no pudo separarse de Lala. Como era pequeñita todavía, la alimentaron con un gotero hasta que estuvo fuerte, pero ella también se acostumbró a la compañía de sus cuidadores, así que se quedó.
Para que estuviera cómoda le dieron su propia habitación, eso sí, con un potente aire acondicionado para que no sufriera por el calor y se pudiera desarrollar adecuadamente.
Lo que realmente sorprendió es la inteligencia de esta ave, ya que acostumbraba acompañar a su cuidadora al centro de la ciudad para comprar el pescado, pero pronto se aprendió el camino y era capaz de hacerlo sola.
Le colocaban una mochila, obviamente con figura de pingüino, y salía a recorrer las calles hasta llegar al local donde ya la conocían y esperaban para surtir su pedido. Una vez a la semana acudía al mercado, donde degustaba un buen pescado ahí mismo y el resto se lo llevaba en la mochila.
La ciudad de Shibushi no tenía las condiciones de temperatura para Lala, pero ni ella ni los Hishimoto se quisieron separar, porque entablaron una bonita relación de mucho cariño, así que la familia se preocupaba por brindarle los mayores cuidados.
Las imágenes y esta historia ya es antigua, pero sigue sorprendiendo la inteligencia de este animalito, aunque ya murió debido a la edad, pero siempre es bueno recordar a personajes tan interesantes como este. La verdad, dan ganas de tener un pingüino como mascota.
Con alguien como Lala, ya no te preocuparías por tener que salir a comprar su comida.