Cuando el usuario de Twitter Jake acudió a su profesor de literatura para pedirle ayuda para conseguir una cita con la mujer de sus sueños, nunca pensó que en realidad las habilidades seductoras del lenguaje le sirvieran pero así fue.
Jake probó que aplicar las teorías de Aristóteles todavía funciona de maravilla y pudo convencer a la mujer de sus sueños de salir con él.
Todo empezó con el viejo dilema: hay una chica muy bonita a la que no sabes cómo pedirle una cita. El problema es que no conoces las reglas básicas de la persuasión, y además sabes que eres feo. ¿Qué hacer? Jake pensó en reclutar a su profesor de literatura, quien le recordó las reglas básicas de la persuasión.
1. La teoría
Las teorías aceptadas desde hace más de 2 mil años por generaciones de sabios deben funcionar, pensó. Así que le pidió ayuda a su profesor, quien le ayudó con un plan infalible. Este se basó en los tres modos de persuasión del discurso según la Retórica de Aristóteles: Ethos, Pathos y Logos.
En el diagrama vemos tres aristas de un triángulo central que será el discurso: 1) Propósito. Persuadir a Hannah de salir en una cita. 2) Hablante, “Yo”. 3) Hannah, se mudó a un nuevo departamento, le gusta la fotografía (ella no sabe que me enteré estalkeándola), trabaja mucho, es soltera, le gusta la comida china y tiene un perro. El triángulo es el discurso con sus tres variantes, ethos, pathos y logos.
Los argumentos ligados al ethos son de tipo afectivo y moral y apelan a la autoridad y honestidad del orador, a su credibilidad y relación con la audiencia.
Es decir, le creemos más a un hombre bueno que a uno malo, ¿cierto? En el caso de Jake, es: “No ser muy agresivo ni presionar. Solo una cita amigable. Soy algo agradable a veces”.
Los argumentos relativos al pathos, son de tipo afectivo ligados al receptor del discurso. Los impulsos irracionales movidos por el sentimiento son siempre más efectivos que las verdades duras. En resumidas cuentas, apelar a los sentimientos: “Vamos, será divertido”.
Finalmente el argumento relativo al logos, el que se basa en la forma de la argumentación dialéctica, es decir, presentar argumentos irrebatibles apelando a la razón, que Jake formuló como: “Es comida gratis, un descanso del trabajo, un buen rato libre de estrés”. Luego de su trabajo filosófico, Jake decidió llevarlo a la práxis o como quien dice, a la práctica:
2. La práctica
Diablos, espero que el examen no valga mucho, he estado trabajando como loca y no hice las lecturas y por eso decidí no presentarme.
Buena jugada. Bueno, oye no quiero ser muy atrevido, pero si alguna vez necesitas una noche libre de estrés después del trabajo o necesitas algo de alimento para mantenerte con vida en lo que te mudas, me encantaría llevarte a cenar. Sería muy divertido y una manera de que yo pueda conocer a tu perro, que es por lo que hago esto.
3. El resultado
Finalmente, Jake recibió una respuesta de la mujer de sus sueños, utilizando los tres modos del discurso aristotélico: ethos (no soy atrevido, me preocupo por tu bienestar y me gustan los perritos); pathos (la diversión y un rato libre de estrés son parte de la cita); logos (nadie le dice que no al descanso y a la comida gratis), la respuesta fue:
Hey, ¡sería fantástico! ¿Qué te parece el viernes por la noche? Salgo del trabajo a las 6 pm. Me aseguraré de llevar a Winston.
4. El héroe
Así fue como un nerd pasó de ser el tonto en los libros, al tonto al que le hizo caso una chica. No solo eso, sino que las redes lo alabaron como el héroe sabio en que se había convertido:
“Más mujeres deberían decir que sí cuando tipos como él ponen tanto esfuerzo”
“Esto es increíble jajajajjaja ten una magnífica cita, manténnos informados por favor”
“Esto es tan sutil, viejo, ese texto es perfecto”
“Premio al profesor del año”
“Dile a tu profesor que yo también podría usar algo de su conocimiento”