Últimamente, abrir redes sociales se ha convertido en un constante quién cancela a quién. Para no perder la bonita costumbre (que no es nada bonita), ¿adivinen cuál es el candidato de esta semana? Por increíble que parezca, la mirada del ojo crítico está tras la cinta Clifford, el gran perro rojo. No, esto no es un complot de niños con internet queriendo sabotear una película, sino una denuncia pública que hizo la People for the Ethical Treatment of Animals (PETA).
Conocemos a PETA como una organización sin fines de lucro que realiza acciones en pro de la dignidad y la vida de los animales. Pero ir en contra de una película infantil de un perro gigante suena sospechoso, ¿no lo creen? En realidad no es que estén cancelando al perro de la película dirigida por Walt Becker, ya que es una animación en CGI, sino que en la cinta aparecen otros animales reales, como un mono capuchino, por lo que PETA señala crueldad en el filme.
Mientras que otras películas optan por imágenes generadas por computadora, que permiten que los monos se queden con sus familias, en lugar de ser arrastrados a los sets de filmación y obligados a actuar, ‘Clifford, el gran perro rojo’ recurre a la crueldad de la vieja escuela. Clifford es una gran bandera roja y el público amable debería saltarse la película en favor de producciones que no exploten a los animales.
—Lisa Lange, vicepresidenta senior de PETA
Detrás de estas declaraciones que ponen a Clifford como “una gran bandera roja”, se encuentra el verdadero problema. Bird & Animals Unlimited (BAU) es uno de los proveedores de animales para Hollywood con los que la industria ha contado por bastantes años y a quienes se les acredita al mono capuchino y otros animales de la producción. BAU es investigada desde hace más de 10 meses por presunto maltrato animal.
WARNING: Don’t stream #CliffordMovie!
They forced real wild animals to perform in the film.
ANIMALS ARE NOT ACTORS—stick to CGI. pic.twitter.com/TSHCjhy2Iz
— PETA (@peta) November 12, 2021
BAU tiene entre sus clientes a grandes producciones como Harry Potter y Juego de Tronos, pero PETA denunció ante el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, la negligencia en la atención veterinaria de los animales, así como lo sucios recintos en los que vivían, además de los maltratos y privación del alimento en las sesiones de entrenamiento, una violación latente a la Ley Federal de Bienestar Animal.
Parte de los puntos que expresa la organización sobre el maltrato animal que infringe BAU, incluye la poca atención a los perros. Uno de ellos, que se usó para la película Hotel para perros, se le mantuvo afuera y se le negó abrigo a pesar de que las temperaturas descendieron a los 40 grados bajo cero. De la misma manera, el personal de BAU afirmó que un búho utilizado para las película de Harry Potter se mantuvo en un recinto que no se limpió por seis semanas.
Por otro lado, a los pingüinos que se emplearon para Batman Regresa se les negó el agua potable, su única fuente para beber era la piscina clorada. También Miss Piggie, una cerdita de 12 años que participó en Un viaje de aquellos, sufría de llagas a los costados a causa de un melanoma que nunca se trató. De la misma manera, mintieron sobre la muerte de Lenny, un canguro que pereció incapaz de comer por una fractura de mandíbula. BAU, presuntamente, falsificó un documento federal en que decía que “había ido a Texas”, de acuerdo al reporte de PETA. Y la larga lista continúa.
PETA se establece bajo el lema “los animales no son nuestros para usarlos como entrenamiento o abuso de ninguna otra manera”, por lo que, ante los anteriores señalamientos, piden a las personas cancelar Clifford, el gran perro rojo o abstenerse de ver la película. Sin embargo, los resultados en taquilla han dado otra opinión, ya que estos fueron positivos en su semana de estreno simultáneo en cine y Paramount +. Tuvieron una recaudación de 22 millones a pesar de compartir cartelera con Eternals.