Para ser un espía primero debes dominar el arte de pasar desapercibido, de poder esconderte y ser uno mismo con el entorno, para que tengas la oportunidad de atacar por sorpresa.
Ellos no son espías propiamente, pero gracias a su involuntaria habilidad para confundirse con lo que los rodea bien pudieran hacerle la competencia al 007.