Los videos de pericos son todo un género en internet, no tan populares como los de gatos o perros, pero sí que tienen su encanto particular, sobre todo para los amantes de la cháchara y las frases que estas avecillas pueden copiar de sus dueños. Así, este periquito aprendió, involuntariamente, a decir “Ahí voy” cada vez que alguien toca a la puerta de su casa, pues de seguro es la respuesta usual de su humano cada vez que le llaman y él se encuentra en el baño.
El dueño del loro grabó un video en TikTok en el que explicó cómo hace unos días llegó a casa y vio a una pandilla, de lo que parecían ser testigos de Jehová, parada afuera de su casa. Al preguntar sobre su motivo por estar al pie de su hogar, los religiosos dijeron que esperaban a que alguien les abriera, pues desde adentro alguien les decía “Ahí voy”.
El caso es que ya tenían media hora bajo el sol y nadie aparecía, entonces el hombre abrió de golpe la puerta y los predicadores escucharon un suave batir de alas y descubrieron un majestuoso periquito de los santos días idos posado e inmóvil en el busto de palas sobre el dintel de la puerta.
Cuánto los asombró que un pájaro tan desgarbado pudiera hablar tan claramente y al preguntarle cuál era su nombre en la noche de la ribera Plutónica, el periquito dijo: “Ahí voy”. Su dueño contó todo en el video y asegura que vive solo con su ave doméstica. Sin embargo, algunos usuarios se han mostrado escépticos al hacer notar que debido a la pandemia, los testigos de Jehová todavía no tienen permitido salir a predicar.
«Ahí voy», les dice el periquito. Qué cotorro, de veras. Estaban toque y toque para llevar la palabra del Señor, y nomás no salían. Ahí tienes a los pobres testigos, atestiguando cómo no les abrieron, otra vez. pic.twitter.com/VGqOtEA1zF
— tacodealacran (@tacodealacran) May 3, 2022
Pero el hombre asegura que no tiene por qué mentir y dice que si bien podrían no ser testigos de Jehová, sí pertenecían a alguna religión por el estilo. Sea como sea, el periquito sigue ahí y sus ojos tienen la apariencia de los de un demonio que está soñando. Además, la luz de la lámpara que sobre él se derrama tiende en el suelo su sombra y nuestra alma, del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo, no podrá liberarse nunca más del “Ahí voy”.