Para empeorar la ríspida situación de los mexicanos en Estados Unidos, la mala percepción de un policía en Los Ángeles dejó como resultado un anciano de 73 años sin vida en lo que pareciera la atención a un llamado de emergencia, en Bakersfield.
Francisco Serna, quién padecía de sus facultades mentales y se encontraba desarmado, salió a caminar por la calle alrededor de la media noche, encontrándose desafortunadamente en la hora y el lugar equivocado al recibir nueve impactos de bala por el oficial Reagan Selman.
Serna, quien había trabajado en los campos de algodón en ese país, no opuso resistencia; pero al solicitarle que sacara las manos de los bolsillos, se negó, momento en el que se dio el malentendido, pues los policías pensaron portaba un arma; pero en realidad sostenía un crucifijo en sus manos, así lo reveló el Departamento de Policía de Bakersfield.
“Nos han robado a nuestro padre en tiempos en que nuestra familia debería estar celebrando las fiestas de fin de año y de tener recuerdos felices, y en su lugar ha sido asesinado por un agente de la policía. Nuestro padre fue tratado como un criminal y lo dejaron morir solo sin su familia a su lado”.
El caso ha despertado la indignación de la comunidad hispana en donde se realizaron severas críticas contra el departamento de polícia, se señaló que los oficiales no están capacitados para tratar con personas que padecen de problemas mentales y en muchos casos se dejan llevar por percepciones que apuntan hacia el racismo. En este caso se hizo hincapié en el uso excesivo de la fuerza demasiado rápido.
Bakersfield es una ciudad que está señalada por sus altos índices de criminalidad y corrupción, situación que pudo haber predispuesto a los oficiales de policía.
El caso ha sido llevado ya ante la Corte pero aún se encuentra sin un veredicto.
“Hay reportes falsos de que mi papá portaba armas, nunca estuvo armado, se intenta incriminar e inventar datos falsos contra él”.
Por otra parte, la condena de los oficiales también ha sido estricta, acusándoseles de racismo a quienes integraban el grupo que atacó a Francisco Serna, y reconociendo que no se encontraba armado ni tampoco represeba un riesgo; sin embargo, siguen todavía sin recibir un castigo por sus acciones, solamente una licencia administrativa sin laborar hasta que el caso se resuelva, ya que pertenece al ámbito federal.
“Nuestra familia fue interrogada y amenazada con ser arrestada”, declararon familiares a medios de comunicación quienes también sostienen están padeciendo de acoso por parte de policías.