Los hermanos gemelos Kevin Dugar y Karl Smith se vieron por primera vez en casi dos décadas en los tribunales, pues este último cumplía una condena en el Centro Correccional Menard, mientras que Kevin estaba preso en Stateville. Este peculiar encuentro familiar alberga toda una historia de fondo, ya que Karl confesó que era el responsable del homicidio por el que había sido sentenciado su hermano.
En 2016, Karl le confesó a su hermano a través de una carta que él fue quien cometió el asesinato por el que había sido sentenciado en 2003 a 54 años en prisión. Esta confesión era lo que Kevin necesitaba para apelar por la injusta sentencia que recibió, aunque no sería tan fácil como pensaba.
Desde niños, Karl y Kevin fueron inseparables, a tal punto que hasta el octavo grado se vestían igual y comúnmente se hacían pasar el uno por el otro para engañar a las personas. De acuerdo a su madre, era como si fueran una sola persona.
Pero vivir en Chicago, un lugar donde las pandillas y el crimen tienen peso, tuvo un impacto directo en la vida de los gemelos. Sus primos mayores los introdujeron al mundo de la delincuencia a temprana edad y pronto formaron parte de los Vice Lords, una pandilla en la que vendían drogas y realizaban otras actividades ilegales para subsistir. Los hermanos fueron conocidos por un apodo en común: “Gemelo”.
Su aspecto es idéntico, tan así que mientras se realizaba su juicio, era complicado diferenciar quién era quién, solo los uniformes de las penitenciarías daban un indicio de su identidad.
Sin embargo, la vida de Kevin cambió después de que lo vincularon con el asesinato de Antwan Taylor, un miembro de la pandilla contraria a los Vice Lords, los Backstones. De acuerdo al testimonio de Ronnie Bolden, de 24 años (un compañero de Blackstone), quien estaba con su novia Monique Boykins, de 16 años, Antwan fue acribillado por un hombre con una capucha negra y pantalón negro. La chica corrió a unos edificios cercanos a pedir ayuda mientras Bolden trató de correr, pero fue derrumbado por un disparo. Afortunadamente, sobrevivió.
Las investigaciones siguieron con los testimonios de estos dos, quienes señalaban al responsable como un miembro de los Vice Lord. Bolden identificó a Kevin como el responsable y dijo que conocía a los “Gemelo” y que los podría distinguir (aunque no se sabía ni sus nombres). Las pocas evidencias, los testimonios y una violación a la libertad condicional por parte de Kevin (resultado de la venta de drogas en el 2000) bastaron para condenarlo. Su hermano estuvo presente en el juicio.
En enero del 2008, Karl fue el protagonista de un robo a la casa de Gabriel Curiel, quien estuvo con él la noche de la muerte de Antwan. Este gemelo y sus secuaces ataron a Curiel a una silla, le dispararon en el hombro y le apuñalaron el pecho para luego estrangularlo hasta que cayó inconsciente. Además, golpearon al hermano de Curiel, quien logró escapar por la ventana.
En la redada, David, el hijo de Curiel, recibió un disparó que le atravesó el cráneo. Por fortuna, sobrevivió y logró recuperarse. Sin embargo, las pistas apuntaban a un sospechoso: “Gemelo”.
Karl fue declarado culpable de intento de asesinato, agresión con agravantes con un arma de fuego, agresión con agravantes a un niño, allanamiento de morada y robo a mano armada, por lo que le dieron una sentencia de 99 años. Luego de 10 años en prisión, confesó que él fue el autor de la muerte de Antwan y que Curiel fue otro de los testigos, por lo que la agresión en su casa era para que no saliera la verdad a la luz.
El juez había desestimado la solicitud de Kevin de un nuevo juicio a pesar de que uno de los testigos declaró haber sido obligado a señalarlo como culpable. Con el antecedente de que Kevin y Karl se hacían pasar el uno por el otro, el tribunal determinó que Karl, con 99 años de condena, “no tenía nada que perder”. El juez especuló que los gemelos podrían estar conspirando para sacar a Kevin de prisión.
Pero no todo estaba perdido para Kevin, aún tenía una pequeña pero significativa oportunidad. Su equipo legal lo llevó a la corte de apelaciones en Illinois, en donde Emily Ross, alumna de Andrae Lewis, su abogada, presentó el argumento oral. Ross nunca había discutido en un caso real y, a pesar de que presentó un argumento sobresaliente, sabía que era un caso complicado.
Finalmente, después de meses de trabajo legal, apelaciones y juicios, el 25 de enero de 2022, Kevin, de 44 años, salió de la prisión y pudo obtener su libertad después de casi dos décadas de estar en la cárcel por un crimen que no cometió. Sin embargo, aún no es del todo libre, pues está confinado a una instalación de transición donde espera su reposición oficial. Una de las primeras cosas que hizo al obtener su libertad fue ir a comer alitas de pollo.
Sin embargo, a pesar de pasar tanto tiempo encerrado, no ver crecer a su hija y recibir la sentencia que le corresponde a Karl, Kevin responsabiliza al sistema y solo al sistema.
Amo a mi hermano gemelo. No fue culpa de mi gemelo que estuviera encerrado.
Los hermanos crecieron en un mundo donde todos se preocupan por sí mismos. De acuerdo a Kevin, esa fue la razón por la que Karl no se incriminó a sí mismo y dejó que su hermano estuviera en la cárcel, pero el sistema, que debe servir a los ciudadanos, lo golpeó una y otra vez, negándole una nueva posibilidad.