Louis Pasteur, Charles Laveran, Joseph-Ignace Guillotin son solo unos cuantos de los numerosos doctores que han puesto en alto a la medicina francesa, lo cual sin duda ha sido factor para que el Sistema de Salud de Francia se posicione en el primer lugar en la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Al tener el mejor sistema de salud del mundo, no importa si un ciudadano francés cae enfermo por covid-19, a final de cuentas, tendrá las mejores posibilidades de salir adelante, pero si no está dispuesto a vacunarse en primer lugar, París pretende cobrarle los gastos médicos derivados de su convalecencia por coronavirus. Además, debemos recordar que en ese país la salud no es barata, pues estar en el hospital durante una semana o hasta 10 días tiene un costo estimado de 3000 euros, unos 3335 dólares por paciente.
París no es la única
París no está sola en el sentimiento del cargo hospitalario a quienes rechazan las vacuna, pues, por ejemplo, en China, el gobierno de Singapur ha publicado una declaración oficial desde principios de noviembre de 2021 en la cual se anuncian, sin ponerlo a discusión, medidas similares a las parisinas respecto a los miembros del movimiento antivacunas.
No podemos decir que la medida aprobada unilateralmente en la urbe oriental sea popular, pero debido a que los costos financieros representados por los gastos médicos en la ciudad con una de las mayores tasas de incidencia de casos nuevos de covid-19 a nivel mundial desde octubre de 2021 hasta enero de 2022 se vuelven insostenibles, poco hay que argumentar frente a su eficacia disuasiva.
¿Quién propuso la controversial medida?
El debate fue iniciado por Martin Hirsch, jefe de la atención hospitalaria parisina, debido al aumento desenfrenado de los costos hospitalarios a pacientes de covid-19, los cuales se han disparado y son cubiertos, en su mayor parte, por el seguro de salud pública parisiense. El argumento de Hirsch respecto al porqué debería implementarse el cobro a los miembros del movimiento antivacunas se fundamenta en el temor del exceso de pacientes derivado del “comportamiento irresponsable de algunos”.
Sin embargo, muchos elevaron sus voces para rechazar esta propuesta. De hecho, hubo quienes exigieron la renuncia de Hirsch e incluso la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quien es parte del consejo de asistencia pública y hospitales de París, así como candidata socialista para las elecciones presidenciales francesas en abril, se declaró en contra de la propuesta.
Imposible ignorar el problema
A pesar de las voces en contra y del clamor por la cabeza del jefe de Atención Hospitalaria, hubo quienes dejaron en claro que el problema existe y debe atenderse, como aseveró Olga Givernet, abogada y miembro del partido La République En Marche! del actual presidente francés, Emmanuel Macron. El problema es tan real y evidente que incluso desde las esferas de derecha surgen actores políticos que reconocen que se debe hacer algo. Alrededor de 30 mil pacientes están siendo tratados por covid-19 en hospitales franceses. En París, alrededor del 70 por ciento de quienes requieren cuidados intensivos por causa del virus son miembros del movimiento antivacunas.
Incluso los conservadores reconocen que la situación no puede sostenerse como está actualmente. Tal es el caso del abogado Sebastien Huyghe, miembro de la agrupación política de derecha, Les Républicains, que si bien no está de acuerdo con que los antivacunas que necesiten el acceso al sistema hospitalario tengan que pagar el total de los gastos médicos, sí aboga por el pago de una cuota mínima por concepto de atención hospitalaria.