No podemos imaginar la pena que sufre un padre al perder a un hijo y más aún, cuando la muerte no fue por accidente o enfermedad, sino por asesinato.
Pero un hombre decidió poner todo eso atrás y perdonar al asesino de su hijo abrazándolo en medio del juicio, hecho que conmovió hasta las lágrimas a la jueza, que tuvo que pedir un receso para poder controlar sus emociones y seguir con el caso.
El doctor Abdul-Munim Sombat Jitmoud, de Lexington, Kentucky en Estados Unidos, perdió a su hijo Salahuddin al ser asesinado en el 2015 por Trey Alexander Relford en medio de un asalto. Lo apuñaló hasta la muerte cuando la víctima estaba entregando una pizza.
Salahuddin era un joven amable, generoso y muy tímido. Estaba interesado en el rap y le gustaba escribir y producir su propia música.
Relford de 24 años de edad fue sentenciado a 31 años con cargos de robo y complicidad en el asesinato de Salahuddin. En el juicio estaba la familia de la víctima, quienes profesan el islam, y en vez de odiarlo por sus acciones, el doctor decidió perdonarlo con el siguiente discurso:
El islam enseña que Dios no será capaz de perdonar a alguien hasta que quien resultó dañado perdone a esa persona. La puerta de la oportunidad para el perdón de Dios está abierta, así que alcánzala. Tienes un nuevo capítulo en una vida virtuosa. Estoy enojado con el diablo, por tentarte y mal aconsejarte de hacer un crimen tan horrible. Pero no te culpo a ti. No estoy enojado contigo. Te perdono. El perdón es el más grande acto de caridad en el islam.
El discurso provocó el llanto de la jueza encargada del caso, a quien no le quedó más remedio que pedir un receso en el juicio.
Tras reanudar la sesión la madre del acusado tomó el estrado para hablar de los problemas de su hijo, quien empezó a consumir drogas en décimo grado y desde ahí todo fue de mal en peor. Ella miró a Jitmoud y le pidió disculpas:
Tomo total y completa responsabilidad por la pérdida de tu hermoso hijo. Desde el fondo de mi corazón lamento su pérdida y estoy sorprendida por su perdón.
Relford también subió al estrado para hablar por sí mismo:
Siento lo que pasó ese día. Aplaudo lo que ha hecho, porque hace falta un hombre muy poderoso para saber que alguien lo ha herido y pueda levantarse y decir lo que usted acaba de decir. No puedo imaginar el dolor y el sufrimiento. No hay nada que yo pueda hacer. Gracias por su perdón.
Tras subir al estrado, Relford y Jitmoud se estrecharon las manos y se abrazaron.
Relford no fue el único responsable del asesinato, junto a él detuvieron a otros dos individuos que participaron en el robo y el asesinato.