Un adolescente llamado Liam Wright eligió no decirles a sus amigos cercanos que solo tenía semanas de vida, pues no quería que se preocuparan por él. Según se sabe, le diagnosticaron osteosarcoma, un raro cáncer de huesos, luego de que fuera a atenderse por una lesión de ligamentos cuando jugaba futbol… finalmente, murió a los 18 años.
El osteosarcoma es un tumor maligno originado en las células óseas más inmaduras, las responsables de generar hueso nuevo.
Este tipo de tumor destruye el tejido óseo normal y lo debilita; pero Liam no iba a dejar que eso interfiriera en los últimos días con sus amigos y decidió no informarles para no preocuparlos inútilmente.
Liam parecía ir ganando la batalla contra el cáncer, pero la mala noticia de que estaba muy avanzado terminó con la esperanza. Su mamá, Jane, dijo:
“Él no quería que nadie supiera para que no se preocuparan, solo sabíamos sus hermanas y yo. Pero así era su forma de ser”.
Liam rara vez se perdía un juego de su equipo favorito, y finalmente murió en casa rodeado por su familia más cercana, sus hermanas Kerry y Kristy, y sus sobrinas y sobrinos, así como su mamá. Su hermana alabó la valentía de su hermano y recordó:
“Fui a decirle a sus amigos que él había muerto, y ellos pensaban que solo les iba a decir que su cáncer había empeorado. Ni siquiera nuestra abuela sabía porque él no quería que se preocupara”.
Liam era un aspirante a entrenador, esperaba trabajar con niños que “no tenían perfil de deportista”, señala su hermana:
“Él quería trabajar con niños con sobrepeso, quería darles mayor confianza en sí mismos. Era un gigante gentil. Amaba a todos y todos lo querían. Él se orientaba a la familia y los amigos. Hasta el final se aseguró de que Kristy y yo estuviéramos bien”.
En julio, los amigos de Liam iniciaron una colecta de fondos para darle a su familia la oportunidad de llevarlo de vacaciones. Pocos días después de regresar de vacaciones a la Isla Flamingo, le dijeron que el cáncer había vuelto.
Los amigos de Liam fueron los encargados de cargar su ataúd en el funeral, y además le rindieron un emocional tributo.
Cientos de dolientes acudieron a las honras del popular adolescente Liam Wright. Sus amigos y familiares donaron playeras de futbol para decirle adiós a este fanático de ese deporte. Uno de sus mejores amigos, Adam Ward, dijo unas palabras en la iglesia:
“Siempre trajo alegría y amor. Esas memorias se quedarán conmigo el resto de mi vida. Liam era un amigo perfecto. Era una persona muy consciente.
“Estaré por siempre agradecido. Siempre estará en mi corazón. Fui muy afortunado de conocerlo, pero más de tener el privilegio de decir que era mi mejor amigo”.