El arte callejero fue toda una revolución en su momento, pues buscaba llevar el arte y el ingenio a las calles por medio del grafiti y otro tipo de instalaciones, pero Bansky fue más allá y en lo que parecía un retroceso o una traición, empezó a jugar con los museos y el arte institucional. Cómo olvidar cuando su clásica estampa de Niña con globo, subastada en Shoteby’s, se autodestruyó justo cuando fue comprada frente a los ojos de todos los presentes en la casa de subastas.
Ahora esa obra se ha vuelto a subastar tal y como quedó luego de que el lienzo pasara por una trituradora de papel que está escondida en el gran marco dorado de la obra. La obra fue rebautizada como El amor está en la papelera y alcanzó un valor de 25.4 millones de dólares.
En la primera subasta el cuadro apenas alcanzó la cifra de 1,2 millón de dólares, pero al golpe del martillo la obra entró en un mecanismo de autodestrucción que dejó el lienzo hecho trizas como si de una hoja de oficina se tratara. Primero sonó una alarma estridente y casi en seguida el La niña con globo comenzó a descender para ser cortada en finos trozos de papel que dejaron al público boquiabierto.
Sin embargo, la obra no se cortó completamente, un tercio quedó todavía dentro del marco mientras su parte inferior quedó como falda bajo el cuadro y los empleados se apresuraron a salvarla. En aquel entonces mucho se especuló que todo había sucedido con la complicidad de Shoteby’s pero Banksy siempre lo negó. Incluso dijo que su intención era que su obra se destruyera completamente, pero que algo en el mecanismo había fallado.
Algunas personas piensan que realmente no fue cortada. Lo fue. Algunas personas piensan que la casa de subastas estaba involucrada; no lo estaba.
Banksy creyó haberle jugado una mala broma a la casa de subastas, pero parece que le salió el tiro por la culata, pues debido al fallo de la autodestrucción y al revuelo en la subasta de aquel ya lejano 2018, la obra se volvió más interesante para los coleccionistas y superó el valor que alcanzó su obra de mayo del 2020, Las reglas del juego cambian. Esta obra que rendía honores a los médicos, personal de salud y hospitales que enfrentaban el covid-19 alcanzó un valor de 20 millones de dólares en su momento, dinero que fue donado al servicio británico de salud.
A pesar de que la obra quedó “arruinada” en 2018, logró recaudar más dinero del que se esperaba y demostró que Banksy sigue siendo un artista atrapado en un umbral incierto entre la calle y las instituciones del arte, buscado por las grandes casas de subasta por un lado y pintando ratas con cubrebocas en el metro de Londres por otro lado. Durante esta última subasta no pasó nada extraño con la obra y fue vendida sin problemas por un valor mayor al de su primera incursión en Shoteby’s.
La identidad de Banksy permanece en el anonimato a pesar de que tiene redes sociales, pero Banksy siempre da de qué hablar y la expectativa en torno a él es grande y creciente. Ahora solo nos queda esperar para ver cuál será su siguiente golpe. Cuando destruyó su obra dijo que se trataba de una denuncia a los mercados del arte, pues su principal trabajo todavía está sobre las calles y se trata de ingeniosas instalaciones que buscan denunciar problemáticas sociales o temas del momento.