Como una medida más por parte de las autoridades para que las personas decidan acatar las reglas de prevención ante la pandemia de Covid-19, ya que por increíble que parezca todavía hay muchas que se niegan a usar cubrebocas, pues consideran que no sirve para nada o siguen pensando que la enfermedad no es más que un invento, en Sakarya, Turquía, se están aplicando medidas drásticas para que los ciudadanos usen al menos una mascarilla o cubrebocas.
El gobernador de Sakarya hizo el anuncio de que ante el alto número de habitantes que insisten en no utilizar cubrebocas se estableció una multa de 120 dólares, tres días de cuarentena obligatoria y, también, algo que ha llamado la atención: están obligados a leer 10 libros. Además, a quienes se nieguen a pasar la cuarentena se les conducirá a dormitorios donde permanecerán aislados durante dos semanas. Al parecer van con todo contra los “rebeldes”.
Ahora bien, lo que ha causado controversia es que el gobierno turco considere a la lectura como un “castigo”, con lo que se estaría alejando todavía más a los ciudadanos de este hábito, además de que no se sabe cómo le harán para vigilar que esta medida se cumpla, si les van a hacer un examen cuando termine el plazo, el cual también se desconoce, y es que si les dan los mismos tres días de cuarentena para la lectura será muy complicado que cumplan.
No sabemos si las autoridades también se encargarán de darles los libros o los infraccionados tienen que comprarlos como parte del castigo, tampoco del tipo de textos que deben leer, ¡en fin!, parece más una ocurrencia que otra cosa y tal vez sí se está enviando un mensaje equivocado de que la lectura es una molestia y una condena, así que ya veremos qué resultados tiene esta medida y, cómo ya dijimos, ver de qué manera van a estar controlando que los castigados cumplan.
Ojalá mejor cambien esto por un programa en el que se incentive la lectura desde una perspectiva más positiva, y no se vea como algo pesado y a lo que se está obligado, además que se espera que los propios ciudadanos sean quienes tomen conciencia y cumplan las medidas sanitarias, no por el temor a ser castigados sino por su propio cuidado además de proteger a su familia y a su comunidad, y ya si quieren leer que lo hagan por su voluntad y su propio gusto.