Los noruegos ven un tesoro en sus fiordos, que son cuerpos de agua del mar que se han metido en la tierra; tienen mil 190 en total. Sin embargo, los fiordos plantean serios obstáculos para viajar por el país, sobre todo cuando las carreteras están congeladas en el invierno, lo que implica que las travesías duren muchas horas -algunas más de un día- porque la gente no puede conducir directa y fácilmente de A a B.
Todo esto puede cambiar si un ambicioso proyecto de ingeniería llega a buen término: ¡la construcción de un túnel flotante!
El país nórdico anunció planes para invertir unos 25 millones de dólares en un túnel totalmente sumergido y flotante, debajo del Sognefjord, una masa de agua a más de mil 200 metros de profundidad y más de 900 de ancho. Sería el primero de su tipo en el mundo y podría reducir los tiempos de viaje de 21 a menos de 11 horas.
Al igual que muchos de los grandes fiordos que atraviesan el país, Sognefjord representa un reto para un viaje cómodo. Las personas en las zonas rurales se ven obligadas a tomar un ferry o viajar horas en coche para llegar al otro lado. Un túnel flotante podría, literalmente, salvar el día.
La Dirección Nacional de Carreteras de Noruega anunció sus planes en 2011. Desde entonces, gran parte de la discusión se ha centrado en qué tipo de diseño de infraestructura es realmente el mejor para Sognefjord.
Otras propuestas incluyen un puente flotante o uno colgante, pero nada se ha decidido todavía. Los puentes colgantes son muy comunes; Washington, por ejemplo, tiene uno flotante de 2.4 kilómetros de largo.
Aunque es más costoso que un puente, la gran ventaja de un túnel flotante es que es casi inmune a la mayoría de las condiciones meteorológicas extremas. También representa un obstáculo menor para los buques en tránsito y conserva la belleza natural del fiordo.
Si se concreta, el proyecto consistiría en enormes tubos dobles que abarcarían el ancho de Sognefjord, además de una serie de pontones en la superficie para mantener a flote los tubos, y vigas para reforzar.
Arianna Minoretti, ingeniera de la Dirección Nacional de Carreteras, manifestó que la experiencia de conducción se sentiría igual que en cualquier otro túnel. Además, subrayó que si bien la estructura puede ser flotante, no sería exactamente un patito de hule en caso de un huracán.
En los próximos años Noruega decidirá si el túnel flotante es la mejor opción. De ser así, verán entonces cómo se puede construir de la manera más eficiente posible. Sin embargo, el clima plantea amenazas naturales a la estructura, al igual que el deterioro con el tiempo, por lo que los costos de mantenimiento también serán un factor a analizar en la ecuación.
Si el único factor a discutir para que se construya es que sea genial o no, probablemente se habría hecho ayer.