En Hong Kong, los fans de Pokemón se molestaron con Nintendo por el cambio de nombre de Pikachú, que allí se llama Bei-Ka-Qiu, por el de Pi-Ka-Qiu, en chino mandarín.
Nintendo optó por unificar los nombres de Pikachú y otros 100 personajes en toda China, lo que causó molestia en Hong Kong, donde el idioma es cantonés. En el resto de China se llama Pi-Ka-Qiu.
Los hablantes de cantonés y de mandarín leen y hablan chino, pero mientras que la gente de Hong Kong usa la escritura tradicional, en el resto de China se usa una versión simplificada. Además las mismas palabras pueden sonar distinto.
Al parecer, la molestia se debe a causas más profundas que lo que se puede ver a primera vista, ya que en Hong Kong lo consideran un ataque a su identidad. Más de 6 mil personas firmaron una petición dirigida a Nintendo para que revierta la decisión. El lunes, decenas de inconformes protestaron frente al consulado japonés.
“El punto es que la traducción ignora la cultura de Hong Kong. Estamos conscientes de las razones en la traducción de Nintendo, tal vez para hacer más fácil la publicidad, pero ignoran a muchos jugadores. Esperamos que el mercado de Hong Kong pueda ser tomado en serio”.
Se cree que la diferencia de lenguas hace difícil que las dos culturas se puedan unificar. Un miembro del grupo político anti-comunista Pasión Cívica, aseguró que tal vez parece una simple decisión de una compañia, pero “vivir en Hong Kong ahora, ser parte de esta generación, es enfrentar un blanqueado cultural.”
El profesor Stephen Matthews de la School of Humanities, de la Universidad de Hong Kong, explica que la gente en Hong Kong siente que lo distintivo de su cultura desaparece poco a poco. El año pasado, la administración educativa causó un gran problema al sugerir que el cantonés no era un lenguaje oficial.
Los residentes de Hong Kong creen, al igual que muchos lingüistas, que el cantones está a la par del mandarín.
“Creo que el lenguaje es una de las cosas más importantes que diferencia a Hong Kong de China. Es claro que los hablantes de mandarín no pueden entender a los del cantonés y viceversa. Son mutuamente ininteligibles.”
Hong Kong se volvió parte de China en 1997 luego del dominio de la isla por parte del Reino Unido.