Seguro te acuerdas de Mario, un pequeño que conmovió a todo el mundo en las redes sociales cuando salió a la puerta de su casa para vender todos sus juguetes, ya que sus padres no tenían dinero para comprarle una tableta y así poder continuar con sus clases a distancia durante la pandemia de coronavirus. A sus 11 años tomó la decisión de vender sus posesiones más preciadas con tal de no perder sus clases y afortunadamente su esfuerzo tuvo recompensa y lo mejor es que pudo conservar sus figuras de acción, carritos y demás.
Afortunadamente en este caso, como ha sucedido en otros, empresas y comunidad de redes sociales se unieron para solucionar el problema del pequeño, y de esta manera la asociación civil Movimiento Benito le consiguió la tableta que necesitaba, pero también en la ciudad de Guadalajara ya se había organizado un grupo de personas para comprarle lo que requería y hacérselo llegar hasta su natal Ciudad Madero, Tamaulipas.
Finalmente no solo conservó sus juguetes y obtuvo la tableta que necesitaba, sino que recibió dos, pero una vez más dio muestra de lo increíble que es este pequeñín, ya que no se volvió loco y quiso quedarse con los dos, sino que así como los demás lo ayudaron, entendió que era su oportunidad para devolver el favor y apoyar a alguien que como él necesitaba de uno de estos aparatos para seguir con sus clases, y eso es algo digno de aplausos.
Una persona de Guadalajara me dijo que vio el reportaje y que quería regalarle una tableta. Yo le dije que ya le habían dado una, pero esta persona insistió en mandarla desde allá y lo hizo.
-Mamá de Mario
La madre del pequeño contó también que su hijo se enteró del caso de un niño que como él no tenía los medios para poder continuar con sus estudios y no dudó en contactarlo para regalarle una de sus tabletas, además de que lo invitó a su casa y hasta se pusieron a jugar un rato, así que de aquí incluso puede surgir una bonita amistad, y es que ese otro niño también aprenderá a que en cuanto tenga la oportunidad debe regresar el favor y ayudar a alguien más.
Por supuesto que su madre no puede estar más orgullosa de lo que ha demostrado su hijo, primero queriendo ayudar a la situación económica familiar, ya que ella se quedó sin trabajo durante la pandemia de coronavirus y con lo que gana su marido apenas alcanza para lo indispensable, así que el que Mario se pusiera a vender sus juguetes fue una muestra de gran madurez a su corta edad, y ahora que también ayudó a otro pequeñito, habla de su gran corazón.