El continente africano sigue sufriendo las consecuencias de la colonización, el saqueo y la desorganización entre pueblos que dejaron las ocupaciones europeas en su territorio. La pobreza y la salud son problemas que no se pueden esconder en países como Malawi. La solución a dichos problemas no parece ser una tarea nada fácil en un lugar donde la oscuridad es literal, pues no se les suministra energía eléctrica de manera constante, pero un niño hizo más por su pueblo que cualquier organización de beneficencia subsidiada por actores de Hollywood y le dio nuevos aires.
William Kamkwamba fue el niño de 14 años que construyó varios molinos de viento con chatarra. Debido a estas obras, en el 2001, William le dio esperanza a su comunidad cuando el país atravesaba una fuerte hambruna en la que su familia de 10 integrantes solo comía una vez al día. Así, pudo bombear agua para regar sus tierras y generar electricidad para poder comunicarse y alumbrarse.
Podría pensarse que la necesidad y el hambre orillaron a William a construir los molinos, pero en realidad fueron los libros y la avidez de conocimiento, así como sus grandes dotes de constructor. William cuenta que, como consecuencia de la hambruna, tuvo que dejar la escuela secundaria, pues le pedían una cuota de 80 dólares que en las condiciones de sequía no podía pagar.
Pero jamás quiso dejar de aprender y educarse, por eso acudió asiduamente a la biblioteca municipal, donde encontró libros de física que lo inspiraron para resolver la falta de agua y electricidad. De estos libros, William aprendió un poco de inglés y sacó todo la información necesaria para fabricar su propio molino, en especial de un libro que se titulaba Energy.
Cuando comentó el proyecto con sus padres, amigos y familiares, todos le dijeron que estaba loco, pero no era así. William consiguió las piezas que le hacían falta y levantó con sus propias manos tres molinos que pronto le dieron reconocimiento local e internacional, probando así que aquella hambruna no podía ser todo su destino, como hubiera dicho a su padre alguna vez.
Luego de eso fue contactado por diversos medios, universidades y por TED, la famosa plataforma de conferencias culturales y científicas. En su primera ponencia, William se puso muy nervioso y olvido casi por completo su ingles, pero alcanzó a decir: “Lo intenté y lo conseguí”.
En una segunda conferencia, del 2010, William pudo exponer de forma precisa los materiales con que construyó su molino, que fueron: un ventilador de tractor, un amortiguador, el cuadro de una bicicleta, tubos PVC, un generador de una bicicleta, de esta manera erigió la máquina que le cambiaría la vida.
William es popularmente conocido como “el niño que domó el viento” debido al libro y la película que se han hecho para contar su historia. El hijo de agricultores, campesinos pobrísimos y que consiguió darle una mejor vida a su comunidad. William dice que no lo mal entiendan, pues no odia el trabajo de campo, al contrario, ama la agricultura, simplemente quería hacer más cosas.