José Adolfo Quisocala Condori, que nació en Arequipa, Perú, pensando en lo importante que debe ser fomentar la cultura del ahorro, a los 7 años tuvo una idea: abrir un banco en su escuela.
Este pequeño fue electo como presidente de su clase, pero tenía aspiraciones mayores a solamente organizar festivales o fiestas; realmente quería dejar huella en su paso por su institución, aunque, claro, como suele suceder, esta idea generó burlas y rechazo, al principio…
En la escuela pública Luis H. Bouroncle, de Arequipa, fue donde José inició su proyecto, con un objetivo bien definido; según sus propias palabras:
Promover el desarrollo social, económico y ambiental de los niños y jóvenes, haciendo del ‘ahorro’ la herramienta fundamental para superar la pobreza, reducir el hambre y la deserción escolar que se origina por la falta de dinero en la familia.
Al principio lo tomaron como un juego, y solo 20 compañeros de su colegio decidieron participar en el Banco Cooperativo para los Estudiantes ‘Bartselana’, que consiste en reciclar materiales, como botellas, los propios útiles escolares, entre otros, y luego depositarlos en la cooperativa Punto Verde, quien hace el conteo de las cantidades que reciclan.
Cuando alcanzan los 5 kilos, reciben su tarjeta del banco estudiantil, y con lo que sigan acumulando, pueden pasar a la Bodeguita Ecológica, donde lo intercambian por útiles escolares o pequeños electrodomésticos. En un solo año, entre 2012 y 2013, el banco juntó una tonelada de materiales reciclables y con ello obtuvo útiles escolares que compartió con 200 estudiantes.
La preocupación de José no solo es por el ahorro, sino por el medio ambiente, y a través de su banco ha logrado conjuntar estas dos cuestiones de una forma excelente, lo que le ha valido el reconocimiento en su país y a nivel internacional, al participar en la ONU y ha recibido un premio de manos de la reina de Inglaterra.
Además, instituciones bancarias se han interesado en su proyecto, y ya tuvo una breve sociedad con Banco Azteca y ahora pudiera tenerla con el Banco de la Nación, para que su proyecto llegue a todo Perú:
No me intimida reunirme con ejecutivos de bancos para hablar de negocios. El trato siempre es cordial y, para ser sincero, me siento más cómodo con gente adulta porque entienden los proyectos que les estoy planteando.
También comparte sus experiencias en diversas charlas, conferencias y talleres que imparte de forma continua; de hecho, también ha creado la Escuela de Educación Financiera y Emprendimiento y una Bodeguita Ecológica Solidaria, donde da pequeños créditos a estudiantes, para que obtengan alimentos, útiles escolares y electrodomésticos.
Ahora también, los residuos que entregan los estudiantes son vendidos a empresas recicladoras, y el dinero se deposita directamente a la cuenta del socio del banco que entregó los materiales, y la cuenta la maneja el menor, no sus padres.
Ahora son más de 2 mil lo socios del banco y la expectativa es que crezca a nivel nacional, y la verdad, estamos seguros de que llegará muy lejos, así como los sueños de José, quien se ha ganado el respeto y la admiración de todos.