Los padres de familia de unos niños de preescolar se enteraron de que dentro del plantel educativo una compañerita llevó una botella de tequila y la compartió con otros pequeños. Los menores terminaron con náuseas y mareos y aunque no pasó a mayores debido al accionar de los maestros, la situación no deja de ser un tema delicado para el colegio y los papás de los niños embriagados.
La miniborrachera tuvo lugar en el jardín de niños Grand River Academy en Livonia, Michigan, Estados Unidos, donde una menor llevó de su casa a la escuela una botella pequeña de una bebida premezclada de margarita José Cuervo. En el recreo, la menor compartió la bebida de casi 10 grados de alcohol con cuatro de sus compañeros, quienes después de unos sorbos, se les comenzó a mover el piso.
Cuando acudieron con los maestros porque sentían náuseas y mareos, los docentes comenzaron con las atenciones, hasta que se dieron cuenta de que todo fue causado por la farra que los niños habían iniciado en el patio de juegos. Entonces contactaron de inmediato al control de intoxicaciones, así como a los padres para notificarles de la situación.
Los niños se encontraban físicamente bien al encuentro con sus padres. Sin embargo, la preocupación llegó al saber lo que pasaba al interior de la escuela y la edad de los niños. El colegio emitió un comunicado en donde lamentaba lo ocurrido, pero afirmó que tomaría medidas disciplinarias.
Si bien tratamos de vigilar todo lo que nuestros estudiantes traen a la escuela, eso simplemente no es posible. Es desafortunado que este tipo de bebidas para adultos puedan confundirse fácilmente con bebidas aptas para niños.
—Leah Nixon, portavoz de Grand River Academy
Alex Smith, uno de los padres de los niños, dijo que su hija había bebido tres o cuatro sorbos del premezclado de margarita. Cuando estuvo con su niña, dijo que platicó con ella y la pequeña confesó que sabía que lo que estaba bebiendo era licor. Domique Zanders, otras madre de familia, también está desconcertada y expresó que situaciones como esta no tendrían porqué suceder. Además, cuestionó si la falta de personal fue factor para el incidente.
La niña lo vertió en su taza y se lo bebió y la niña terminó diciéndole qué es y fue y le dijo a la maestra que había licor en esta taza, y la maestra le puso una cara graciosa.
—Dominique Zanders
De solo ver las pequeñas botellas de la mezcla, es fácilmente confundible con otra bebida saborizada, por lo que la niña que llevó el alcohol a la escuela quizás no sabía lo que estaba haciendo. Aunque cabe la posibilidad de que la imitación de los hábitos en casa haya conducido a llevar la pequeña botella al jardín de niños.