En días pasados publicamos la línea de artistas que participarán en la penosa toma de protesta del presidente Donald Trump. Bueno, los artistas son tan de dar pena (a excepción, dicen, de 3 Doors down), que los revendedores ahora se quejan porque no han podido vender los boletos.
El gran día se acerca, mañana, viernes 20 de enero, tomará protesta Donald Trump, y aunque algunos artistas han decidido no participar en la inaguración del nuevo presidente, incluso el cantante, productor y DJ Moby, quien dijo abiertamente que no tenía intención alguna en participar en con él, esto no detendrá el proceso.
Pero ahora, los revendedores, que adquirieron las entradas con el fin de acomodarlas en el mercado secundario, se quejan de que, a pesar de los esfuerzos hechos para vender las entradas, tomarán esto como una gran pérdida, pues nadie quiere asistir a la inaguración de Trump.
Yossi Rosenberg, de 36 años, residente del Upper Manhattan, dijo que compró un par de boletos para el evento del viernes, que tendrá lugar en Washington, DC, a una mujer del condado de Westchester por 700 dólares, pues pensó que, acercándose la fecha, sería más complicado obtenerlos, y tal vez tendría que pagar más por ellos. Pero nadie está peleando por ellos.
Pero esto no sólo les pasa a los revendedores, por ejemplo, la petición de permisos de estacionamiento de la ciudad, para autobuses que provienen de otros estados y organizaciones, han sido increíblemente bajos.
Según algunas cifras, sólo 200 autobuses han solicitado permiso de estacionamiento para la inauguración. A modo de comparación, la Marcha de Mujeres, del próximo sábado, tiene 1.200 solicitudes y la inauguración del presidente Obama en 2009, registró números récord de asistencia, con más de 3.000 autobuses registrados para permisos de estacionamiento en la ciudad ese día.
De 3.000 a 200, más claro ni el agua…