Los bailables no eran lo más genial del mundo para cualquier pequeño varón, pero era obvio que te ponías triste si te tocaba la suerte de bailar con la que te gustaba y, al final, no iba al evento público. Así le pasó a Davi Lucca, quien en su graduación de preescolar se vio muy triste por la ausencia de su pareja de baile, tanto así que lo hicieron a un lado del grupo principal, pero su mamá salió al rescate y le devolvió los ánimos para terminar la coreografía.
Este hecho ocurrió en Brasil, específicamente en Bragança Paulista, São Paulo, y fue grabado por un asistente al evento. En el video que se ha vuelto viral podemos ver al niño cayendo en la decepción al verse sin compañía para bailar y entre más avanza la rutina, más triste se ve. Por eso, en un momento dado, la maestra sube al escenario y lo saca del cuadro dejándolo a un costado con la cabeza gacha y a punto de llorar.
En el video se puede apreciar que el momento es doloroso para todo el público, pues el abatimiento de Davi es casi palpable. Además, ninguno de sus compañeritos se detiene a pensar en él o lo invita a su círculo. Sin embargo, en ese momento, aparece la madre del pequeño, sube al escenario, le dice algo al oído y lo anima a bailar con ella, rescatando totalmente la situación y, sobre todo, salvando la estabilidad emocional de su hijo.
Yo estaba frente al escenario, animándolo para que fuera con sus amigos, para que siguiera bailando, pero hizo un puchero y yo sabía que iba a empezar a llorar. Le pedí a la coordinadora que fuera por él y ella me lo trajo para consolarlo.
Tabata Tavares, la madre de Davi, ha dicho que no se lo pensó dos veces y aunque no se sabía los pasos de la coreografía, rápidamente se adaptó e imitó a la perfección cada uno de los movimientos de los niños. Así pudo culminar de manera excelente la presentación. Al final, los demás padres de familia y asistentes se deshicieron en aplausos para Davi y su madre.
https://youtu.be/WaoCssmyXVs
No conocía ningún paso. Yo miraba a los niños y los imitaba. Todavía seguía diciendo que tenía que ir más rápido o más lento. Cuando terminó, me dio una sonrisa que valió la pena. No quería que quedara como un mal día para él.
Seguramente, Davi nunca olvidará este gran gesto de su madre y al crecer, pensará en este baile de preescolar cada que pase por una situación difícil. Esta clase de muestras de cariño y apoyo son las que de verdad dan aliento a cualquier hijo para seguir adelante.