¿Alguien había escuchado de las alergias al Wi-Fi? Un juez en España deberá decidir si la petición de invalidez permanente causada por alergia a la señal Wi-Fi, solicitada por una mujer en Cataluña, es procedente. En España ha sido reconocida legalmente como una enfermedad.
La mujer en cuestión es funcionaria administrativa de la Generalitat de Cataluña, y según ella, la exposición constante a la señal Wi-Fi ha afectado su salud. La mujer solicita una pensión de tres años después de haber estado de baja.
La posible alergia ya tiene un nombre incluso, se le bautizó como electrohipersensibilidad (EHS), y proviene del impacto de las ondas electromagnéticas que provienen de las conexiones inalámbricas.
Aunque todavía no es reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se afirma que afecta a una de cada mil personas. El consejo europeo ha reconocido ya que las ondas electromagnéticas de Wi-Fi son dañinas.
Según el esposo de esta mujer, fue en 2011 cuando los síntomas empezaron a presentársele. Cuando la cambiaron de oficina empezó a sentirse mal constantemente. Su hipersensibilidad aumentó tanto que no podía tomar autobuses con WiFi y tenía que comer lejos del punto donde está el WiFi en su casa.
“Tiene dolor de cabeza, sensación de ahogo, confusión, dificultad de concentración, la boca seca y fatiga”, explica
En 2011, Minerva Palomar, electrosensible desde hacía 15 años, recibió su incapacidad al encontrarse que era “alérgica” al WiFi. Luego de una larga peregrinación por los tribunales, logró poner la primera piedra para que la afectación del WiFi fuera reconocida.
En España, Joaquim Fernández Solá es el único médico que puede diagnosticar ese padecimiento. Quienes acuden a él han pasado por todos los especialistas sin poder aliviar los síntomas de esa enfermedad.
“La tendencia en medicina cuando hay una nueva enfermedad es no aceptarla y pensar que es cosa del paciente, que se la ha inventado. Tendemos a pensar que es culpa de la OMS, pero la realidad es que ni los médicos, ni el gobierno, ni muchísimo menos la Industria tienen interés en investigar este problema”, señala.
Los síntomas son por lo general pérdida de la memoria a corto plazo, vómitos, dolores de cabeza, mareos o irritación. Estos se intensifican cuando hay aparatos eléctricos cerca.
Por su parte, Suecia ya reconoció la existencia de esta enfermedad. El parlamento europeo ha pedido también al resto de países que sigan el ejemplo de Suecia aunque la OMS no haya reconocido el padecimiento.
En Suecia, Alemania e Inglaterra, se han dado los primeros pasos para minimizar los efectos de las ondas electromagnéticas.