Inuka nació en el trópico, único de su especie en lograrlo, y vivía en el zoológico de Singapur, donde logró permanecer por 27 años, y era de una de las máximas atracciones de este lugar.
Su edad equivale a 70 años en los humanos, y superó el promedio de vida de un oso polar que no está en cautiverio, que es de 15 a 18 años.
Su estado de salud se venía deteriorando hace tiempo, debido a su edad, padeciendo de artritis, problemas dentales y una infección en el oído, esto, combinado con su peso de más de media tonelada, le complicaba el poder moverse.
Esto fue anunciado por el zoológico, lo que desató algunas protestas, pidiendo que se le permitiera al oso estar en su hábitat natural: el frío, al menos para que pudiera morir ahí, sin embargo, ya no hubo tiempo de hacer el traslado a alguna zona, como Groenlandia, Canadá o Rusia, que es donde habitan comúnmente.
Cheng Wen-Haur, uno de los trabajadores del zoológico, declaró, poco antes de la muerte de Inuka:
Por mucho que nos gustaría mantener a Inuka con nosotros durante el tiempo que sea posible, nuestra máxima responsabilidad es su bienestar. La mayor bondad sería aliviarlo del prolongado sufrimiento.
La decisión fue dejarlo descansar…
Con pesar en el corazón, nos despedimos de nuestro querido oso polar esta mañana. A pesar de los mejores esfuerzos de su equipo de atención, la condición de Inuka empeoró, y la difícil pero necesaria decisión de no revivirlo de la anestesia fue hecha por motivos humanitarios.
Adiós Inuka, siempre vas a vivir en nuestros recuerdos.
Inuka nació el 26 de diciembre de 1990, luego de lograr la cruza exitosa entre Nanook, un oso capturado en Canadá, y Sheeba, que llegó a Singapur de un zoológico en Alemania, esto, desde 1978.
Esto siempre despertó la polémica, ya que en ese país asiático, raramente las temperaturas bajan de 25 grados centígrados, lo que debe ser todo un infierno para un oso polar… esto hacía incluso que el pelaje de Inuka, así como pasó con su madre, adquiriera una tonalidad verdosa, para nada natural…
Tras la muerte de este animal, el zoológico parece que por fin tomó en cuenta los señalamientos de activistas y una parte del público, y anunció que no habrá más osos polares en este lugar…
¡Adiós Inuka!