El poderoso general iraní Qasem Soleimani y el dirigente proiraní Abu Mahdi al Mohandis murieron este viernes en un bombardeo estadounidense en Bagdad, después de que un dron no tripulado con misiles arremetiera contra su vehículo en el aeropuerto de Bagdad. Este atentado tiene lugar días después de un ataque a la embajada de Estados Unidos en Bagdad, ocurrido el 31 de diciembre.
La muerte del también comandante de la fuerza élite Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán supone una escala dramática en el conflicto entre ese país y Estados Unidos, lo que podría traer consecuencias considerables que desencadenarían una serie de represalias, incluso terminar en guerra.
Según distintos medios estadounidenses, el ataque a Soleimani fue autorizado por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, el jueves por la mañana. Trump dijo en su cuenta de Twitter que Soleimani debió haber sido asesinado “hace muchos años”, pues el general es responsable de la muerte de millones de personas, incluyendo estadounidenses e iraníes.
En esa misma red social, el presidente justificó la muerte del general diciendo que era temido hasta en su país: “Ellos no están tristes, en realidad, como tratan de mostrárselo al mundo”. Sumado a esto, el líder estadounidense señaló que “Irán nunca ganó una guerra, pero jamás perdió una negociación”.
Sin embargo, no todos piensan lo mismo que Trump. El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Yavad Zarif, calificó este acto como una “escalada extremadamente peligrosa e imprudente”; y el exjefe de los Guardianes de la Revolución, Mohsen Rezai, prometió que la “venganza contra Estados Unidos” será “terrible”.
También Rusia condenó el asesinato del general Soleimani. En un comunicado emitido por el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, la institución señaló: “Soleimani se dedicó fielmente a defender los intereses de Irán. Presentamos nuestras condolencias al pueblo iraní”.
A su vez, el jefe del comité de Asuntos Internacionales del Senado ruso, Konstantín Kosachov, aseguró que todo esto parece una “venganza” por el asalto a la embajada estadounidense. “Me gustaría equivocarme, ya que las guerras son fáciles de empezar, pero difíciles de acabar”, dijo.
Kosachov, además, consideró que el ataque terminó con las últimas esperanzas de salvar el pacto nuclear entre Irán y las grandes potencias al que Washington renunció en 2018, y advirtió por medio de un posteo en Facebook: “Irán puede acelerar la fabricación de armas nucleares, incluso si no tenía intención de hacerlo”.
Reino Unido por su parte pidió suavizar las posiciones para que lo sucedido no desemboque en un conflicto de mayores proporciones. El secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Dominic Raab, instó a “todas las partes a reducir la escalada”.
Y al parecer, la única persona que apoya este ataque es el ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien aseguró que Estados Unidos tenía “derecho a defenderse”. Ahora solo nos queda preguntar, ¿qué sucederá?
El mundo se encuentra sorprendido al no haber una respuesta inmediata por parte de Irán, pero los 5 mil soldados que se encuentran en territorio iraquí son el objetivo obvio. El presidente Trump espera que sus acciones hayan intimidado a Irán y demostrado que el poder de su país sigue siendo grande y buscarán la manera de defenderse. Mientras tanto, Washington ya ha reforzado su embajada en Bagdad.
Sin duda, el ataque contra Soleimani fue una clara demostración de las capacidades militares estadounidenses y si en algo Trump tiene razón es que muchos no lamentarán la muerte del general, pero tampoco pueden negar que tenía muchos aliados y conexiones que no dudarán en contraatacar. Entonces, ¿fue la decisión de Trump sensata? ¿Que sucederá ahora?