Hace unas horas se dio a conocer la triste noticia del fallecimiento de Masayuki Uemura, el creador de las primeras consolas comerciales de Nintendo, a la edad de 78 años. Uemura dejó un gran legado en el mundo del desarrollo de los videojuegos, siendo su trabajo principal la construcción del Nintendo Entertainment System, Super Nintendo Entertainment o Famicom (family computer) y Super Famicom, como era conocido en Japón.
Uemura nació en 1942 en el seno de una familia pobre y esto lo llevó desde temprana edad a construir sus propios juguetes. El esfuerzo y su inteligencia lo llevaron a ingresar al Instituto Tecnológico de China, donde se graduó de Informática en 1967.
Uemura se unió a Nintendo en 1972 y desarrolló el NES. Esta consola logró que Nintendo acaparara el mercado mundial de los videojuegos en 1981 y mantuvo a la compañía en la cima durante años, pero luego llegó la competencia y Uemura fue el encargado de volver a diseñar una nueva consola, es decir, el Super Nintendo.
Con el Super Nintendo, lanzado en Japón en 1990, Uemura cambiaría las reglas de los videojuegos y asentaría las bases de los modos de juego y géneros que conocemos hasta el día de hoy. Su gran librería de títulos y sus modificaciones en cuanto a sonido, ampliación de colores y el diseño ergonómico de los controles hicieron que Nintendo se colocara a la cabeza del mercado.
La anécdota cuenta que Uemura aceptó desarrollar la NES luego de que su jefe lo llamara durante una borrachera. Al día siguiente, se puso a trabajar en el desarrollo de esta, comprando las demás consolas para estudiarlas y poder desarrollar un videojuego que se pudiera ejecutar en el hogar.
Tras su exitosa carrera en el desarrollo de videojuegos, Uemura se retiró definitivamente de la compañía y se dedicó a dar clases en la Universidad de Ritsumeikan, de Kioto, donde fundó el Centro de Investigación del Juego en el 2004. Sin duda, el Super Nintendo es una consola que todavía hoy genera emociones en quien se decide a jugarla y seguirá siendo una de las mejores por muchos años más. Descansa en paz, Masayuki Uemura.