Todo mundo llegó a ver a un sonriente mono gracias a una divertida selfie; sin embargo hay un lado de esta historia que nadie conoce: el famoso “selfie monkey” de Indonesia está peleando por su supervivencia debido a que las comunidades indígenas del lugar los cazan por su carne, pues se ha convertido en uno de los platillos más buscados entre la comunidad indígena de Indonesia; algo que está afectando la supervivencia de varios animales silvestres, incluidos este icónico mono.
El macaco de cresta negra (Macaca nigra) se encuentra en la lista de especies en peligro crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y se estima que entre 4000 a 6000 viven actualmente en la isla indonesia de Sulawesi.
En el 2014, un macaco de nombre Naruto fue sensación en los medios de comunicación después de que se tomara varias fotografías tipo “selfie” con una cámara de vida salvaje. Las fotos se volvieron parte de una disputa legal, donde los defensores de los derechos animales, el grupo PETA, fallo su argumento que defendía que los derechos de esas fotografías pertenecían a Naruto.
Una delicia local
La carne de este macaco de cresta negra es muy apreciada por la comunidad de Minahasan, un grupo étnico que en su mayoría es cristiano, y que no tiene problema alguno con consumir la vida salvaje exótica de la zona, a diferencia de muchas otras comunidades musulmanas en Indonesia.
Lugareños buscan el sabor y textura de la carne, como Nita, una mujer de 32 años que vive en Minahasan, quien dice: “me gusta el sabor, fuerte y picoso, es similar al de un jabalí o un perro”.
Como resultado de ello, el comercio de criaturas exóticas está en auge, con macacos quemados y mutilados que a menudo se ofrecen en los mercados locales junto a pitones, murciélagos y perros. Esta demanda ha empujado a los cazadores a ir más allá de su rango de búsqueda normal, llegando a menudo a zonas remotas de la isla para cazar.
Daphne Kerhoas, de la Sociedad Zoológica de Bristol, pasó dos años en Indonesia con la población de macacos, como parte del Proyecto Macaca Nigra, que estudia a estos monos en el norte de Sulawesi, mientras promueven los esfuerzos de conservación. Ella asegura que aunque la carne del mono es considerada una delicia por distintas comunidades de Sulawesi, no resulta una fuente importante de proteínas.
“La gente del lugar no lo caza para el sustento del lugar, más bien son vistos como un manjar solicitado para bodas, fiestas de nacimiento y comidas de Navidad.
“En este caso, el valor de su propia subsistencia debe ser promovido, así como una discusión sobre el impacto de la caza sobre el tamaño de la población”.
Esfuerzos que cambian actitudes
En busca de asegurar la vida y supervivencia de los macacos, distintas medidas se han implementado, las cuales han ayudado a que la vida de estos animales incremente en años recientes, a la vez que distintos grupos de conservación pretenden cambiar estas prácticas culturales. Y aunque la especie esté oficialmente protegida bajo las leyes de Indonesia, y las personas son conscientes de que podrían enfrentar cinco años de cárcel si continuan cazando a estos monos, aún así hay personas que siguen practicando la caza ilegal de la especie.
La profesora asociada, Antje Engelhardt, de Liverpool John Moores University, es también la cabeza del Proyecto Macaca Nigra. Ella declaró que gran parte de estas iniciativas se centran en la educación de la comunidad, a partir de los escolares y estudiantes universitarios.
“Llevamos a niños en edad escolar al bosque para que puedan conocer a los monos. La mayoríanunca ha visto a un mono en la naturaleza, la mayoría de ellos los conocen en su platos. De esta manera comienzan a tener simpatía por ellos”.
Aunque Engelhardt dice que la comunidad generalmente responde bien a los trabajos de conservación, sigue habiendo dificultades. “Uno tiene que trabajar con autoridades que a veces no entienden por qué se necesita protegers al macaco, pues a menudo son vistos como plagas agrícolas”.
Kerhoas está de acuerdo en que la participación comunitaria se presenta en diferentes facetas con el fin de tener éxito. Añade que también el turismo puede ayudar a salvar al macaco negro crestado de la extinción. Los turistas se quedan y comer en las estancias con familias locales, pagan tarifas de entrada a la reserva natural y a guías locales para mostrarles la fauna y la flora endémica.
“Afortunadamente, el eco-turismo internacional y nacional genera ingresos en esta área”.
Pelea por su supervivencia
Además de la caza excesiva por los seres humanos, el macaco se enfrenta a una serie de otras amenazas para su supervivencia en Indonesia, incluyendo la deforestación: La expansión de los asentamientos locales y tierras agrícolas han degradado y hábitats destruidos.
Durante las últimas cuatro décadas, el hábitat natural de los monos se ha reducido en más de un 80%, de alrededor de 300 kilómetros cuadrados en 1980, a sólo 45 kilómetros cuadrados en 2011.
El mono se ha convertido incluso en una parte del comercio ilegal de mascotas, ya que su hábitat decrece rápidamente. Kerhoas dice que una combinación de estas amenazas significa que el macaco negro crestado sea incluido entre las 25 especies de primates con más peligro de extinción del mundo de 2016 a 2018.
Pero los grupos de rescate locales están haciendo lo que pueden para asegurar la supervivencia del mono. El Centro de Rescate de Vida Silvestre Tasikoki, recibe macacos que han sido criados como mascotas, y los reintroducen gradualmente en un grupo social en cautiverio, dijo Kerhaos.
Científicos del Proyecto Macaca Nigra están presentes durante todo el año en la Reserva Natural de Tangkoko para reportar actividades ilegales y trampas.