Han pasado casi siete años sin el rey del pop, Michael Jackson… ¿Pero cuántos han pasado desde que perdimos al verdadero Michael, es decir, a aquel con imagen natural y sin cirugía plástica?
Michael Jackson fue uno de los más grandes músicos de todos los tiempos, pero si había una cosa más famosa que su música era su amor por la cirugía.
Comenzó inocentemente con una cirugía simple de nariz. Pero después de casi 100 procedimientos, todo terminó en una espiral cuesta abajo, tratando de reparar el daño causado por las operaciones fallidas.
Pasó casi 30 años tratando de alcanzar la perfección, pero Michael terminó como uno de los ejemplos más infames de los peligros de la cirugía estética.
En el documental Las 10 caras de Michael Jackson, se revela que Michael estaba nervioso cuando inicialmente había considerado su primer trabajo en la nariz.
Pero a pesar de sus nervios, la leyenda de la música pasó a tener Botox, rellenos, implantes de mejilla, un aumento de labios y su piel blanqueada.
Según el documental, Michael cambió la forma de su nariz hasta el punto de que era tan estrecha que las vías respiratorias se bloquearon. Con el tiempo, sus características originales fueron casi completamente borradas, incluyendo su origen étnico.
La revelación más inquietante del documental, sin embargo, es una imagen generada por computadora de cómo la estrella se vería actualmente si no hubiera intervenido su rostro con cirugías:
Entre la importante publicidad que le generó su cambio de rostro a través de la cirugía, es difícil imaginar a Michael Jackson con este aspecto.
Michael Jackson, sin duda es el más famoso ejemplo de los peligros de la cirugía estética. Algunos amigos dijeron que estaba moldeándose a sí mismo porque quería destruir todo parecido con su padre, al que odiaba.
Pese a las críticas hacia su aspecto y obsesión por estas intervenciones, era y será siempre una leyenda de la música.