Los criminales no son exentos de creatividad y cada vez desarrollan mejores maneras para hacer sus fechorías. Las autoridades australianas incautaron más de 200 kilos de metanfetamina líquida hecha pasar por botellas de aceite de oliva. Se estima que el valor de la sustancia es de alrededor de 17 millones de dólares. La policía vincula las operaciones a grupos criminales con relación en el extranjero.
El Escuadrón Nacional Antipandillas de la Policía Federal Australiana (AFP) decomisó el 30 de julio un enorme cargamento de metanfetaminas líquidas, las cuales fueron escondidas en cajas con botellas con supuesto aceite de oliva proveniente del extranjero. En total, la policía detuvo la distribución de 208 kilogramos, aproximadamente dos millones de tratos a pie de calle.
El decomiso tuvo lugar en Fairfield, al sureste de Sídney, Australia. La droga se transportaba en la parte trasera de un camión y entre el material se encontraban cajas manchadas de aceite por la fuga del producto. Hasta el momento no se han informado detenciones ni se reveló cuántas botellas fueron incautadas. En las imágenes distribuidas por la policía solo se aprecian cuatro envasados.
La AFP, trabajando con socios clave en el Escuadrón Nacional Antipandillas, ha impedido con éxito que esta cantidad significativa de metanfetamina llegue a las calles australianas y ha impedido que millones de dólares de ganancias de drogas regresen al sindicato para financiar futuras empresas criminales.
—Jason McArthur, superintendente de detectives de AFP
Las drogas se han convertido en un problema en territorio australiano. Aproximadamente, según el último informe del Instituto Australiano de Criminología, los australianos gastan al año 10 000 millones de dólares en metanfetaminas, lo que ha cuadriplicado en las últimas dos décadas. Si bien el consumo se redujo durante la pandemia de covid-19 ante la disminución de la disponibilidad, los precios aumentaron casi cinco veces más.
Las drogas ilícitas como la metanfetamina en la comunidad crean un efecto dominó de daño a los australianos, incluida la violencia doméstica, una mayor presión sobre el sistema de salud y la violencia comunitaria, ya que las pandillas luchan por el territorio para vender sus drogas peligrosas.
—Jason McArthur, superintendente de detectives de AFP