Desde el incendio de la biblioteca de Alejandría no se veía algo como esto: una joven influencer perdió todo su contenido y todos sus seguidores porque su madre decidió borrar todas sus cuentas de redes sociales. La pérdida puede parecerle atroz a la joven y a todo el mundo, pero no a la valiente mamá de esta niña, quien tan solo vela por la salud emocional de su hija. Sin embargo, la madre sí mantiene sus cuentas activas en redes, pues también es influencer.
Fernanda Rocha Kanner es la madre brasileña que ante la inmersión extrema de su hija Valentina en las redes sociales no pudo hacer otra cosa más que eliminar sus cuentas. Según declara Fernanda Rocha, su pequeña de 14 años se estaba viendo afectada por los comentarios negativos que recibía en sus cuentas de Instagram y TikTok, donde ya contaba con dos millones de seguidores, a los que Fernanda tilda de extraños y desconocidos que hablan sin conocer nada sobre su hija.
En una publicación de Instagram, Fernanda dijo que su acción puede ser tachada de poco amistosa, pero recalcó que una madre no es una amiga. La situación para ella iba más allá de cualquier desacuerdo con su hija, al contrario, se trataba de la salud mental y el sano desarrollo de la menor.
Entre sus medios había casi dos millones de seguidores, decenas de clubes de fans, todos muy dulces pero también dañinos para cualquier adolescente en proceso de descubrimiento y búsqueda de la individualidad.
En la carta virtual, Fernanda se dirige a los seguidores de la edad de Valentina, conocida en redes como Nina Ríos, quienes habían estado preguntándole sobre la desaparición de las redes de la hija. La madre contestó largo y tendido el asunto y confesó haberle borrado las cuentas a su hija, pues piensa que las redes sociales son una mera ilusión y su hija no está en edad de distinguir la realidad de la ficción.
En resumen, la madre responsable borró las cuentas de su hija porque no quiere que sea una más del montón. Le preocupa que haga lo que todos hacen y aboga por la individualidad y la originalidad de la persona:
No quiero que crezca creyendo que es este personaje. No quiero que haga publicidad de ropa de poliéster inflamable fabricada en China. No quiero que mi brillante hija haga sus bailes diarios como un babuino entrenado. Creo que es divertido … y mega insuficiente.
Es difícil luchar contra las redes sociales y Fernanda reconoce que ha recibido duras críticas por su acción, pues la han señalado como una posesiva y autoritaria, pero también cuenta que ha recibido mucho apoyo de otras madres. La prueba de la dificultad de luchar contra las redes está en la propia publicación de esta en Instagram para aclarar el hecho y responder a gente que no debería tomar en cuenta. Además, ella misma es parte de esa ilusión al ser una influencer que proyecta felicidad, éxito y una familia perfecta en redes.
Puede ser que la decisión haya sido la correcta, pero el único interés de Fernanda es que su hija “tenga contenido interesante para compartir, [entonces] podrá volver a tener una cuenta”. Lo que vino después tan solo es una manera de echarle más leña al fuego de los medios, redes sociales y discusiones que no llevan a ninguna parte. Después de todo, ¿de dónde le habrá venido la idea a Valentina de abrir perfiles en Instagram y TikTok? ¿No existen millones de perfiles iguales o muy parecidos al perfil de Instagram de Fernanda Rocha también? Estas son preguntas que solo usted podrá responder.