Los caminos de la vida nunca son lo que uno esperaba y la historia de este maestro argentino le dio peso a esta aseveración, pues fue asaltado por uno de sus exalumnos en plena vía pública. El rencuentro entre maestro y pupilo no fue el mejor de los casos, pero sirvió para darse cuenta de que no todos los estudiantes tienen las mismas oportunidades.
Julio Ferrari es un profesor de Ciencias Políticas que al concluir su jornada de trabajo, fue abordado por dos jóvenes armados que le quitaron su celular y su mochila. Sin embargo, Julio reconoció a uno de los agresores como su exalumno.
Ferrari narra que los jóvenes se molestaron ante su resistencia e intentaron dispararle, pero el arma que llevaban era vieja y el tiro no salió. Luego de eso, miró a los ojos a uno de sus agresores y lo reconoció como su exalumno, a quien conocía desde los 11 años.
Cuando me sacan la mochila, veo la cara de uno de mis exalumnos. Lo reconocí automáticamente, en su mirada y en su cara, porque lo conozco desde los 11 años.
Los hechos tuvieron lugar en Tucumán, Argentina, y tras el intento de asalto, la historia de Julio ha salido en medios locales narrada por él mismo. El profe comenta que cuando le quitaron sus cosas, persiguió a los jóvenes por un pasaje de la ciudad y después de haber reconocido a su alumno, le gritó que le devolviera su mochila, pues en ella llevaba documentos importantes.
La persecución duró poco porque los asaltantes le tiraron sus pertenencias una vez que se vieron descubiertos, por lo que el profe pudo recuperar sus cosas. La súplica que un momento antes había hecho el profesor sirvió y su exalumno se arrepintió dejándole sus cosas intactas:
Fuiste mi alumno, no me hagas esto, por favor.
Tras el altercado, el profesor recibió mensajes de quien fue su alumno, donde le platicaba su vida y le pedía profundas disculpas por lo ocurrido. Pero Julio Ferrari se mostró empático y explica que el contexto de esos jóvenes no es nada fácil, ya que fueron enganchados a las drogas desde temprana edad y roban para poder seguir consumiendo.
Sin duda se trata de una historia triste que nos demuestra que no todos los niños acaban por conseguir una vida lejos del crimen y que la educación a veces resulta insuficiente para atender graves carencias en el hogar y en lo social.