Cada inicio de ciclo hay un útil que no se incluye en las listas pero que es indispensable y significa un gran gasto para algunas familias: el calzado. Muchos niños no pueden llegar con zapatos nuevos a sus clases y esto puede mermar su atención debido a burlas que causan inseguridad a la hora de realizar cualquier actividad o si no tienen zapatos en buenas condiciones, su traslado a la escuela se puede complicar.
Por eso esta maestra se lució al comprar unos zapatos y regalarlos a uno de sus pequeños alumnos que ya traía su calzado muy gastado. La profesora grabó el video del momento en que le regala el par y pronto se volvió viral en redes sociales, donde muchas personas aplaudieron su gesto.
En el video, que es de muy corta duración, se puede ver cómo el niño queda maravillado con el regalo desde un principio y cuando se da cuenta de que son zapatos, se levanta de su asiento emocionado y dice seseando “Ay, gracias, maestra”. En comentarios, todos felicitan a la profesora y aseguran que un gesto así cambia la vida y que jamás se borra de la memoria.
El video de la maestra Benita Cervera sobre los zapatos gastados de su alumno nos hace pensar en las botas que pintó Vincent van Gogh, zapatos de campesino que bien describió Martin Heidegger en su ensayo Arte y Poesía al decir:
Llegó con sus zapatitos rotos, pero la maestra se la rifó y le regaló unos nuevos. Las docentes no solo al aula para enseñar. «¡Adópteme, maestra!». pic.twitter.com/hStOxvF3aJ
— tacodealacran (@tacodealacran) September 5, 2022
En la oscura boca del gastado interior bosteza la fatiga de los pasos laboriosos. En la ruda pesantez del zapato está representada la tenacidad de la lenta marcha a través de los largos y monótonos surcos de la tierra labrada, sobre la que sopla un ronco viento. En el cuero está todo lo que tiene de húmedo y graso el suelo. Bajo las suelas se desliza la soledad del camino que va a través de la tarde que cae. Por este útil cruza el mudo temer por la seguridad del pan, la callada alegría de volver a salir de la miseria, el palpitar ante la llegada del hijo y el temblar ante la inminencia de la muerte en torno.
Para Heidegger, el arte y las cosas solo serán otra cosa cuando el hombre las complemente, es decir, cuando se pueda poner en los zapatos del otro. Esta maestra dio cátedra sobre la empatía y la lectura de historias que un calzado roto puede guardar, por lo que su regalo de verdad significa un hecho humano.