Cuando tus capacidades no dan para más, y ya no puedes dejar de ser un forever alone, todavía tienes un último recurso: que tus padres entren en acción y te ayuden a encontrar una pareja… es triste, pero puede funcionar.
En China, los padres de los solterones, cansados de tenerlos en casa, se organizaron para crear un Mercado de Matrimonios, donde promocionan a sus hijos, para que encuentren a su pareja ideal y por fin se casen y se vayan…
Esta especie de Tinder de la vida real se ubica en el Parque del Pueblo, en Shanghái, a donde los padres acuden con toda la información necesaria sobre sus hijos, como fecha de nacimiento, medidas, a qué se dedican y cuánto ganan, entre otros datos.
La idea, dicen los asistentes, es que se formen parejas con la intención de casarse. Desde el primer momento, ambas familias, al conocer los datos de los implicados, están de acuerdo en la unión, así que luego no hay problemas entre ellos.
Aquí hay una pequeña cuestión: no todos los jóvenes que aparecen en los carteles del mercado están enterados de que sus padres los están promocionando… Pero en caso de que encuentren al amor de su vida, seguro esto no les va a importar.
Los padres ponen sombrillas o atan cuerdas de los árboles, donde ponen carteles y fotografías de los prospectos; algunos más, que saben de tecnología, le muestran más fotografías a los demás a través de su celular.
En China, se espera que los varones estén casados a más tardar a los 30 años y empiecen a tener una familia estable. En el caso de las mujeres, quienes no se han casado a los 27 años, son consideradas como “mujeres sobrantes”, lo cual las afecta de manera terrible, pues para los chinos es fundamental que las mujeres se casen y tengan hijos.
Por ello, los padres han ideado este método para apresurar el compromiso de sus hijos; además, el respeto a los padres es parte muy importante en la cultura china, por lo que el no casarse, o el no quedarse con la pareja que ellos le han elegido, significa una gran falta de respeto.
Para quienes tiene las posibilidades de encontrar a sus parejas, debe ser algo angustiante el que sus padres salgan en busca de su media naranja; pero en el caso de los que no consiguen una cita, ¡esto debe ser una auténtica bendición!