El primer día de año nuevo fue muy significativo para todos, pero más aún para Lamar Austin. El hombre, de 30 años, recibió a su recién nacido, y por ello lo despidieron del trabajo, todo en el mismo día. Sin embargo gracias a las buenas acciones de algunas personas, las cosas le están saliendo bien a este buen hombre.
El 31 de diciembre, Lindsay, la esposa de Lamar, entró en labor de parto; así que él decidió, como todo padre orgulloso, quedarse al lado de su dama y recibir a su hijo, Caiman -quién terminó siendo el primer niño nacido en el 2017, en Concord, New Hampshire.
Para poder estar ahí, Lamar tuvo que perderse por dos días de su trabajo de medio tiempo como guardia de seguridad, en una compañía llamada Servicios de Protección Salerno.
Austin, militar veterano y padre de cuatro, acababa de empezar en ese trabajo, y se encontraba en su periodo de prueba. Y aunque nunca había faltado a ninguno de sus turnos, recibió un mensaje a la 1 a.m. del primero de enero, informándole que estaba despedido, debido a sus inasistencias.
Poco le importó a Lamar, pues se encontraba feliz y enfocado en su esposa y recién nacido, quien llegó al mundo a las 7:44 a.m.
A esta historia se le dio mucho seguimiento, hasta el punto de hacerse viral, pues era un hombre humilde que sacrificó su trabajo para estar ahí con su familia. Después de eso, la familia de Lamar Austin fue inundada de buenas acciones.
Lamar dice que después de dar a conocer su historia, su correo electrónico se inundó de ofertas de trabajo, y ya le echó el ojo a una oferta en específico.
Denis Beaudoin, un gerente de negocios del International Brotherhood of Electrical Workers, en Concord, invitó a Lamar a aplicar para una beca de aprendizaje.
Austin también recibe ayuda financiera mientras consigue un trabajo, gracias a la amabilidad de completos extraños.
Sara Persechino, exmiembro del consejo de la ciudad y defensora de la licencia familiar, dijo estar conmovida por la historia de Lamar:
“No creo que nadie deba elegir entre su familia y su trabajo, nunca”.
Ella inició una página en GoFundMe, para ayudar a la familia de Austin. Y el orgulloso padre se encuentra feliz, y no se arrepiente de sus decisiones. A eso le llamamos “traer torta bajo el brazo”.