Los niños sufren todo tipo de desventuras por culpa de la escuela. Pero también la distracción de los familiares puede hacer que un pequeño asista en días inhábiles a supuestas clases, como el caso de Abraham, un niño que fue llevado en fin de semana a la escuela por descuido de su tío.
La historia fue compartida en TikTok y rápidamente se volvió viral, pues en la fotografía compartida podemos ver al pequeño Abraham muy bien vestidito con su uniforme escolar, peinado como Benito Juárez, con un cubrebocas colorido y sentado en el pórtico de la escuela sin saber cómo explicarle a su tío que era sábado.
Luego de que se viralizara la cara de decepción de Abraham, los usuarios comenzaron a preguntarse si la historia era real, por lo que el tío, conocido como Pinkiy, salió a explicar lo que había pasado en otro video.
Ahí, el tío Pinkiy explicó que Abraham se había quedado una noche antes a dormir con él, por lo que se quedó con la idea de que al día siguiente tendría que llevarlo a la escuela y se olvidó de la fecha totalmente.
Al día siguiente, lo levantó muy temprano y como Abraham aún es pequeño se dejó arreglar para ir a la escuela. Sin embargo, cuando llegaron a la institución se dieron cuenta de que algo raro pasaba, pues nadie más llegaba. Al principio, el tío narra que estuvo criticando la impuntualidad de los maestros y demás madres de familia.
Se cambió y todo, le fui a comprar un cubrebocas y ya. Fuimos a la escuela y duramos como una hora sentados ahí afuera. Nadie llegaba y yo pensaba ‘qué gente tan irresponsable que no viene a la escuela’.
https://www.youtube.com/watch?v=517h7dfmbNE&ab_channel=AbrahamyT%C3%ADoPinkyi
Pero luego de una hora de espera, un compañerito de Abraham pasó frente a la escuela y le preguntó qué hacía ahí si era sábado y no había clases. De esta manera, el tío del pequeño se dio cuenta de su error y Abraham volvió muy molesto con él a casa.
Tras contar esta anécdota, el pequeño Abraham y su tío se volvieron virales y las burlas y comentarios de los usuarios de redes no se hicieron esperar. Algunos expresan que no debería haber más noches de videojuegos con el tío y que ahí se ve claramente el sello de la generación millennial.