El uso de los números de emergencia es un caso delicado, pues estos están diseñados para atender casos reales con la mayor rapidez, no para fingir que hay una amenaza de bomba para pasar tiempo con tu novio o hacer llamar a los policías para que vean a tus juguetes. Sin embargo, cuando James Reyes habló al 911, tenía una verdadera emergencia: habían robado su auto en la ciudad de Nueva York.
Cuando la policía llegó al lugar de los hechos encontraron a James, de 33 años, quien reportó el robo de su Ford Mustang rojo, alrededor de las 6:00 p.m. del domingo 31 de octubre de 2021. Pero no era todo, este aseguró que dentro del vehículo se encontraba un niño de siete años con síndrome de Down. Rápidamente, la policía desplegó un operativo completo en el que bloquearon cinco avenidas para checar cada auto y cada patio para buscar al menor.
Incluso utilizaron helicópteros para sobrevolar el área. La emergencia se tomó como un secuestro y debido al trabajo de los elementos policiales, se dio con el paradero del coche. Este estaba junto con su ladrón, un joven de 17 años, quien no sabía que tenía un niño con necesidades especiales dentro del automóvil. Pero cuando la policía revisó, no había nada. Una vez hallado el auto, su dueño confesó que el supuesto niño no existía y que todo había sido un invento para que la policía actuara más rápido.
Indudablemente, James está en problemas por dar una declaración falsa a la policía, lo cual provocó el despliegue especial de las fuerzas para solo encontrar su auto. De alguna manera, demostraron que cuando se tienen prioridades, el uso estratégico de la policía puede hacer grandes cosas. Pero James ahora tiene una multa de comparecencia y una fecha para audiencia el 21 de noviembre, en donde se dictarán las consecuencias de su acto.
Bloquearon las avenidas de la 100 a la 104, registraron todos los patios, helicópteros volando, buscando a este niño, y luego descubrieron esta mañana que no había ningún niño. Es alucinante. La forma en que la gente piensa en este momento. Y lo que consideran importante. Y lo que no es importante.
—Joe Minott, residente de Hollis, Queens, Nueva York
En cuanto a su Mustang, este solo sufrió daños en el maletero, pues, podemos suponer, que una vez identificado el vehículo, se procedió a abrir la cajuela por la fuerza para buscar al supuesto menor secuestrado. El ladrón, también menor de edad, fue puesto en libertad, tal vez porque descubrieron que el hombre que denunció el crimen no era confiable.
Quién es uno para juzgar, pero es inevitable sentir conmoción por la falta de empatía de este sujeto hacia las personas que realmente necesitan los servicios de emergencia y que, en su mentira, no le bastó con decir falsamente que había un menor en el auto, sino que este tenía síndrome de Down. De seguro pensó que “entre más necesitado” de ayuda estuviera el imaginario niño, más rápido tendría su coche. Pero lo único que tuvo rápido fue un enfrentamiento con la justicia.