Ningún mexicano se negaría a comer unos tacos, así que unos ladrones se aprovecharon de la inocencia de un par de vigilantes y los sedaron con un señuelo que todos morderíamos.
La delincuencia está peor cada día y ya no se puede confiar en nada ni en nadie. Unos maleantes drogaron con tacos a un par de vigilantes para entrar a robar a una agencia de la Volkswagen en la ciudad de San Pablo de los Frailes en Puebla. Sabían que no se resistirían a comerlos.
La noche del domingo una mujer desconocida se acercó a los guardias de seguridad, Juan y José, para regalarles unos tacos. Se los ofreció para que no pasaran hambre en la noche y ellos los comieron confiados con su respectivo refresco.
Ellos no sabían que a su comida le habían puesto sedantes y minutos después cayeron profundamente dormidos. Entonces los ladrones aprovecharon para entrar a la agencia, amarrarlos y golpearlos; luego hicieron un agujero en el área de cobros, se llevaron todo el dinero que había allí y huyeron.
A la mañana siguiente, uno de los compañeros de Juan y José que iba a relevarlos en su puesto de seguridad los descubrió y llamó a la policía municipal. Cuando las autoridades y la gerente del local llegaron vieron el boquete que habían hecho los rateros y calcularon que se habían robado 50,000 pesos en efectivo.
Después llegaron también los paramédicos del Sistema de Urgencias Médica Avanzadas para atender a los vigilantes que habían sido intoxicados. Por suerte están fuera de peligro y ya comenzaron las investigaciones para encontrar a los ladrones.
En México los tacos son un platillo sagrado y del que nadie pensaría mal, pero ahora ya ni en eso se puede confiar. Estos criminales llegaron a lo más bajo de lo bajo.