Si pensabas que los ladrones con buen corazón no existen, espera a leer esta emotiva historia porque, al parecer, hay rateros con corazón de pollo y remordimiento de conciencia, la cosa es que son poco comunes.
Verán, una mujer de nombre Catalina Parodi, denunció en redes sociales que le habían robado su bicicleta, la cual se encontraba en su casa, y pedía ayuda a sus conocidos para encontrarla.
“Me sacaron de mi casa la bicicleta, si saben algo por favor me avisan, cualquier información que tengan. Si pueden compartir me ayudarían. Desde ya, muchas gracias”.
La publicación pronto se hizo viral, y se compartió tantas veces que llegó a ojos del mismísimo ladrón, quien se sintió culpable por su fechoría y, en un acto de buena fe, decidió que debía regresarle la bici a su dueña.
Al poco tiempo de efectuarse la publicación, tocaron a la puerta de Catalina, quien al abrir se llevó una grata sorpresa: encontró su bicicleta junto a una nota de disculpas.
“Hola. Disculpa. No volverá a pasar. Era por necesidad. Gracias”, se leía en esta hoja. El acto honesto de esta persona llevó a Catalina a compartir la anécdota en sus redes y aseguró perdonar a quien en un principio intentó robarla.
“Te perdono de todo corazón y agradezco que me hayas devuelto la bici. Pido a Dios que te bendiga y puedas dejarte ayudar”.
Esperemos y este ladrón deje ese camino y mejor consiga un trabajo. Y a nosotros nos deja una gran lección: no perder la fe en la humanidad.