La polémica en Japón con la familia real está que arde luego de que la princesa Mako se casara con un “plebeyo”. La hija del príncipe heredero Fumihito contrajo nupcias con Kei Komuro, de 29 años. Sin embargo, lejos de ser una buena noticia, la pareja se ha envuelto en medio de críticas, sobre todo de conservadores japoneses, pues para realizar esta unión, Mako tuvo que renunciar a su estatus real del linaje real más longevo de todo el planeta: la familia imperial japonesa.
Por casarse con alguien ajeno a la realeza, Mako tuvo que renunciar a su estatus real, cosa que no pasa cuando un varón de la familia hace lo mismo. Además, la exprincesa se rehusó a llevar a cabo los tradicionales ritos de boda real y rechazó el pago que se le da a las mujeres de la realeza cuando se retiran de la familia, que es más o menos equivalente a 1.3 millones de dólares, convirtiéndose en la primera dama de la realeza japonesa en negarse a hacer ambas costumbres.
Komuro y Mako se conocieron en la Universidad Cristiana Internacional de Tokio en 2012 y desde entonces han estado juntos. Se comprometieron en 2017 con la intención de casarse al siguiente año. Sin embargo, su unión tuvo que suspenderse. En el momento no dijeron por qué ni hubo un anuncio oficial, pero los medios reportaron que se debía a problemas financieros de la madre de Komuro por un préstamo que no había pagado.
El Palacio negó que la demora en el matrimonio se debiera a esto, pero el príncipe heredero dijo que era importante que los problemas de dinero se resolvieran antes de casarse. Este tipo de cobertura mediática excesiva ha provocado que Mako sufra de estrés postraumático desde el anuncio de su matrimonio. Además, la presión no solo es de la prensa, sino de la sociedad, pues “las mujeres de la realeza están forzadas a cumplir con ciertas expectativas”.
Pero la hasta entonces princesa no iba a rechazar al amor de su vida por estar alrededor de la corona. Según la información publicada por NHK, Mako se disculpó por los “inconvenientes” que su matrimonio ha causado. Además, expresó que para ella, “Kei es irremplazable”. Por su parte, Komuro dijo que la ama y que se siente “muy triste de que Mako haya estado en una mala situación, mental y físicamente, debido a las acusaciones falsas”.
Mako pidió el consentimiento de sus padres, los príncipes herederos Fumihito y Kiko, y abandonó su residencia en Tokio a las 10:00 horas del martes para casarse. También abrazó a su hermana menor antes de partir. Sin embargo, varias personas protestaron en contra de la boda porque no estaban de acuerdo con la unión y con el novio, porque no creen que Komuro sea una pareja digna para la sobrina del emperador.
A Mako y Komuro los han nombrado los Harry y Megan de Japón por la semejanza con la pareja real británica, quien renunció a ejercer funciones reales y a estar sustentada económicamente por la corona. Además, Mako y Kei establecerán su vida en Estados Unidos, aunque ellos han llevado una vida menos pública que los duques.