Julio César Mora Tapia tiene 110 años y su esposa Waldramina Quinteros Reyes ya cumplió los 104, lo que convierte a esta pareja de ecuatorianos en la más longeva del mundo, y es que por lo regular alguna persona alcanza el siglo de vida, pero no su pareja, y menos seguir felizmente casados. De verdad que esta es una historia que no es muy común ver, pues juntos suman nada más y nada menos que 214 años, y seguimos contando. Cada uno ha vivido más de un siglo, y una buena parte de ese tiempo lo han pasado juntos.
Un primo de Julio, esposo de una prima de Waldramina, fue quien los presentó en 1934, y desde entonces comenzaron a salir, hasta que se casaron el 7 de febrero de 1941, en Quito, Ecuador, lo que quiere decir que el próximo febrero cumplirán 80 años de casados, algo que también debe ser todo un récord, pues tú apenas vas a cumplir un año y ya te quieres divorciar. La boda fue prácticamente en secreto, solo con los padrinos y algunos amigos muy cercanos, ya que sus familias no estaban de acuerdo en su boda y no se llevaban bien.
Después de un tiempo y de mucho esfuerzo lograron que las familias aceptaran su relación, y poco a poco fueron demostrando que realmente estaban enamorados y que deseaban estar juntos para siempre, aunque seguro que en ese momento nadie, ni ellos, se imaginaban que superarían el siglo de vida unidos, así que sin duda se han convertido en un ejemplo para las nuevas generaciones que les ha tocado ver, sobre todo para sus cinco hijos, aunque uno de ellos ya murió, a los 58 años.
Asimismo, han tenido la fortuna de conocer y disfrutar de 11 nietos, 21 bisnietos y 9 tataranietos, una auténtica maravilla que muy pocos logran ver en sus vidas. Uno de los secretos, para mantener una familia unida y feliz, dicen, es no involucrarlos en las discusiones de la pareja, y es que también reconocen que por muy bien que se lleven, tarde o temprano habrá desacuerdos, pero lo importante es que se mantenga la calma y dejar fuera de todo eso a los hijos.
El respeto, la compasión y la consideración con los que mantuvimos nuestra relación fue muy importante; nunca discutimos ni peleamos. Hubo desacuerdos, pero ninguno de nuestros hijos los notó, porque también merecían respeto y amor.
—Julio César Mora
Lo mejor de todo es que siguen teniendo una buena calidad de vida, sin necesidad que los asistan las 24 horas del día, o que se la pasen postrados en la cama o en una silla de ruedas. De hecho, antes de la pandemia uno de sus pasatiempos favoritos era ir al cine, y ahora tienen que permanecer en casa para estar protegidos, pero eso no les preocupa, pues se tienen el uno al otro para acompañarse en las buenas y en las malas, y aunque seguro extrañan ir al cine, se la pasan bien en casa.
El amor y la madurez que tuvimos como pareja desde el inicio del matrimonio nos permitió conocernos y crecer emocionalmente para definir nuestro futuro. Es cierto que en este momento es difícil porque estamos abrumados por la pandemia que afecta al mundo y todavía no tenemos una solución. Sin embargo, el primer paso es que sigamos las reglas con respeto y amemos la vida.
—Julio César y Waldremina
Ahora, en lugar de salir al teatro y al cine están concentrados en cultivar las plantas que tienen en casa, que es otra de sus pasiones y que además los mantiene activos. Sin duda que son todo un ejemplo, porque como lo dijimos, hay muchos que han vivido más de cien años, pero permanecer ochenta de ellos como pareja, no debe haber muchos en toda la historia. Los hijos, nietos, bisnietos y tataranietos deben estar muy contentos de tenerlos todavía.