A dos años de la muerte del actor Paul Walker, recordado por la saga de Rápido y Furioso, Meadow Rain Walker, su hija adolescente, presentó una demanda contra Porsche, alegando que el vehículo del fabricante alemán en el que viajaba su padre en el momento de su muerte tenía defectos de diseño.
El actor falleció el 30 de noviembre de 2013, a los 40 años, en Valencia (California), cuando el Porsche Carrera GT en el que iba de pasajero con el automovilista profesional Roger Rodas, de 38 años, se estrelló contra una farola y un árbol y se incendió. Los cadáveres de los dos ocupantes quedaron calcinados.
La hija del actor reclama en la demanda que el deportivo carecía de “las características de seguridad propias de los vehículos de carreras bien diseñados o incluso de otros vehículos de Porsche más económicos”.
Menciona, en concreto, supuestos fallos de diseño en el sistema de los cinturones de seguridad y en el de frenos.
“De no ser por estos defectos en el Porsche Carrera GT, Paul Walker estaría hoy vivo”, señala la demanda, aunque no especifica la compensación por daños que reclama.
Por su parte, la empresa emitió una respuesta a esta demanda, y expuso, a través de Calvin Kim, portavoz de la empresa:
“Como hemos dicho anteriormente, nos entristece cuando cualquier persona sufre daños en un vehículo Porsche, pero creemos que los informes de las autoridades en este caso establecieron claramente que este trágico accidente se produjo por conducción temeraria y una velocidad excesiva”.
En el informe del caso se asegura que el vehículo iba a 151 kilómetros por hora en el momento del choque, una velocidad que los representantes legales de los Walker refutaron, pues aseguran que era de entre 101 y 114 kilómetros por hora.