Un campo en Texas se ha vuelto famoso pero no por la vegetación que crece en él, sino porque ahí se encontraron 11 vehículos Ferrari abandonados. Hay una familia que durante 10 años no pudo tomar posesión legal de ellos.
Todo comenzó con un abogado, cuyo nombre no ha sido revelado, pues la familia quiere discreción, quien comenzó a amasar una gran fortuna, lo que le permitió darse gusto con su pasión: los autos deportivos.
Se sabe que este hombre llegó a comprar cerca de 20 vehículos de marcas como Lamborghini, Rolls-Royce, Porsche y Lotus, y 13 de sus favoritos: Ferrari.
Tenía un Testarossa, un Quattrovalvole 308, al menos tres 348, dos 328, un 400i y varios Mondials. Sin duda, una colección envidiable, pero como se dice por ahí, no hay felicidad que dure para siempre.
Al ser diagnosticado con una enfermedad grave, el médico le prohibió al abogado que condujera cualquier automóvil, lo que sin duda debió ser un golpe muy duro para este coleccionista.
Ante esta situación, el abogado decidió resguardar a sus queridos Ferraris en un lugar seguro, así que contó con la ayuda de un amigo que tenía una enorme bodega, y por una cuota mensual le permitió guardarlos ahí.
Le pagó por adelantado varios meses, pero por su condición y los tratamientos que tenía que recibir se atrasó en los pagos, así que el dueño de la bodega tuvo la (nada) brillante idea de llevarlos a un campo en Texas.
Luego de un tiempo el abogado pudo entrevistarse con este hombre para pagarle, pero la respuesta fue que “había llegado demasiado tarde”. Se desconoce el motivo de la actitud del dueño del almacén, y también de las cuestiones legales de las que echó mano, pero el caso es que pasaron 10 años y estos vehículos de lujo estuvieron oxidándose en el campo.
Tal vez si hubiera vendido uno solo de los autos, con eso pagaría un buen tiempo del espacio para seguir guardando los demás, pero no, el dueño de la bodega decidió dejarlos en el campo donde el paso del tiempo y los elementos hicieron su labor.
Después de una década, por fin la familia pudo tomar posesión de los vehículos, ya bastante dañados, por lo que tuvieron que contratar a un experto para que los restaurara, lo que obviamente requirió de una inversión considerable. Posteriormente se pusieron a la venta.
Se encontraron 11 Ferraris, aunque también descubrieron documentos donde se hablaba de 13, por lo que hay dos que no aparecen todavía. Al momento ya pudieron vender nueve.
Qué lástima que esta colección haya terminado así, porque el abogado se esforzó para comprarlos y cuidarlos, y terminaron como chatarra en el campo, aunque afortunadamente se pudieron rescatar.