El maligno personaje de 101 Dálmatas existe: una versión moderna de Cruela de Vil fue arrestada en Estados Unidos. Christina “Tina” Fay fue arrestada luego de que la policía rescató 84 perros gran danés en una mansión, donde los tenía en condiciones degradantes.
Fay tenía a los canes en una mansión de 1.45 millones de dólares, que había convertido en fábrica de cachorros. Estaba cubierta de heces fecales y tapizada de pollo crudo podrido. Fue acusada de negligencia luego de que la policía irrumpiera en la casa.
Nunca he visto condiciones tan terribles en más de 21 años que tengo de trabajar en la policía.
Dijo el jefe de la policía, Dean Rondeau.
La propiedad, según valuadores, tiene un valor de 1.8 millones de dólares, y fue adquirida en 2015 por 1.5 millones. Muchos de los animales andaban libres por toda la casa de ocho habitaciones, nuevo baños y 14 mil pies cuadrados.
La policía dio a conocer que la mayoría de los perros vivían entre sus propias heces y orina, y que los ojos de algunos estaban tan hinchados que apenas podían ver. Algunos otros perros estaban en jaulas.
Era horrible, pero nunca he visto una casa en condiciones como esas.
Dijo Lindsay Hamrick, directora de la Sociedad Humana de los Estados Unidos.
Según reportes, Fay vendía los cachorros por dos mil 500 dólares cada uno, con el nombre de perrera De La Sang Monde.
Su sitio web muestra fotos de perros en campos abiertos o en lugares limpios en interiores. La policía dijo que había acudido a la casa de Fay por quejas de ruido de perros y empezó la investigación el 8 de mayo.
Los perros que tenían edades desde unas pocas semanas hasta adultos, fueron incautados y recibieron tratamiento veterinario. Muchos tenían infecciones o irritaciones en los ojos. Algunos de los perros medían más de cinco pies de alto y pesaban más de 200 libras.
Ahora, la Cruela de Vil de pelo cano, enfrenta la posibilidad de quedarse en la ruina y de pasar algún tiempo tras las rejas con cargos de poner en riesgo a menores de edad, porque tenía trabajando a menores en su “perrera”.
El jefe de policía, un veterano de guerra, señaló que el olor de la orina era tan fuerte que los ojos le lloraban, y que ni con máscaras se podía evitar. Todo era igual en los tres pisos de la casa. La Sociedad Humana grabó un video del lugar: