Desde hace poco más de un año, la pandemia por covid-19 ha causado muertes y crisis en la economía y otros sectores, pero en un lapso de 10 años solo será un mal recuerdo, ya que, de acuerdo a expertos en evolución viral, el SARS-CoV-2 irá mutando hasta convertirse simplemente en un resfriado común que podrá presentarse en niños, aunque sin presentar síntomas graves.
La opinión de los expertos es prácticamente unánime: El SARS-CoV-2 no desaparecerá. Sin embargo, conforme pase el tiempo y se apliquen las vacunas, irá atenuando su presencia y, sobre todo, la gravedad de sus síntomas hasta convertirse en un resfriado leve en los niños y el contagio asintomático en adultos. Esto está basado en un modelo matemático del comportamiento del virus, además del respaldo de especialistas en evolución viral e inmunología.
Jennie Lavine, investigadora de la Universidad Emory en Estados Unidos y principal autora de este estudio, informó que este proceso puede durar entre uno y diez años, y que todo dependerá de la velocidad con la que se lleve a cabo el proceso de vacunación, lo que obviamente irá mermando la capacidad de propagación y de ataque del virus. Además, se debe tomar en cuenta el tiempo que tengan inmunidad las personas, ya sea después de contagiarse o de haber sido vacunadas.
De acuerdo a los expertos, el SARS-CoV-2 es similar a los otros cuatro coronavirus ya conocidos que causan catarro, así como al SARS y al MERS que aparecieron en 2001 y 2012, que son más agresivos. Por esta razón se espera que su comportamiento sea igual y poco a poco deje de causar tanto daño y solo genere malestares leves.
El virus pasaría de ser pandémico a endémico, es decir, que continuará presente, pero su aparición será en algunas zonas y con un bajo número de contagios. Sin embargo, que esto suceda pronto depende de que sigamos con las medidas preventivas para alargar el proceso de reinfección, ya que haberse infectado o recibir la vacuna solo protege por un tiempo que todavía no se ha determinado y el objetivo es que este periodo se extienda lo más posible con el fin de debilitar al virus.
En un periodo de tres a cinco años se empezarían a presentar los contagios en niños, lo que puede ocurrir varias veces en un mismo paciente, pero con síntomas cada vez más leves para después generar mayor capacidad inmunológica. En los casos de contagios asintomáticos se producirán anticuerpos de forma natural, que servirán como “actualización” ante variantes y mutaciones del SARS-CoV-2.
Mark Lipsitch, epidemiólogo de la Universidad de Harvard, manifestó que durante la década siguiente este coronavirus perderá fuerza, pero se podrán presentar “picos” de contagios, sobre todo durante la temporada invernal, al menos durante los siguientes cuatro años, por lo que aunque estas son noticias alentadoras, todavía no ha pasado completamente el peligro.
El impacto en la salud pública de este virus bajará radicalmente cuando se cumpla una de dos condiciones. La primera es que, como dice este estudio, la inmunidad ante la covid-19 grave sea duradera y que además sea reforzada a través de reinfecciones leves, porque no hay una inmunidad total. La segunda es que haya una cobertura de la vacuna en las personas de más riesgo, de forma que la mortalidad se reduzca muchísimo. Creo que es probable que lo primero suceda en todo el mundo.
-Mark Lipsitch
Ya sea en personas o animales, este coronavirus siempre encontrará un lugar donde alojarse, por lo que se ve prácticamente imposible que se pueda erradicar. En este momento todavía no hay un terreno firme para saber con exactitud qué es lo que sucederá, pero lo que se conoce de otros coronavirus y de lo que se ha investigado del SARS-CoV-2 permite prever un horizonte esperanzador aunque todavía faltan varios años para lograrlo.