Por experiencia sabemos que la cerveza nos hace muy felices y que es nuestra gran amiga y compañera en momentos buenos y malos, pero lo mejor de todo es que la ciencia está de nuestro lado, comprobando con bases científicas toda nuestra teoría.
Resulta que Investigadores de la Friedrich-Alexander-Universitat Erlangen-Nurnberg (FAU) en Alemania, se dieron a la tarea de estudiar alimentos que ayudan a producir dopamina, el químico relacionado con nuestra felicidad, y encontraron que la cerveza es un gran factor para que esto suceda.
Para comenzar hay que aclarar algunas cosas:
Cuando comemos, hay un punto en que la mayoría de alimentos nos hacen sentir satisfechos, por lo que dejamos de comer, mientras que otros nos producen tal placer que no podemos dejar de seguirlos ingiriendo. Los científicos han llamado a este efecto hambre hedónico.
Este efecto de sentirse bien es causado por el neurotransmisor dopamina, los alimentos que nos encantan estimulan el centro de recompensa en el cerebro donde se encuentra el receptor de dopamina, llamado D2.
Para el estudio, los investigadores se dieron a la tarea de buscar si existen sustancias especiales en los alimentos que activan el receptor D2 de la misma manera que la dopamina.
El equipo utilizó un método de rastreo virtual, un proceso que analiza los componentes de los alimentos en una simulación por ordenador en lugar de un laboratorio y establecieron una base de datos de 13 mil moléculas que están presentes en los alimentos para identificar qué moléculas podrían interactuar con el receptor de dopamina D2. Al final, se seleccionaron 17 de las 13 mil opciones originales y se analizaron en un laboratorio de verdad.
Los resultados más prometedores se obtuvieron para la hordenina, una sustancia presente en la cebada y malta que contiene la cerveza, que al igual que la dopamina, estimula el receptor D2, sin embargo, utiliza una vía de señalización diferente.
Monika Pischetsrieder, que fue una de los científicos que condujeron el estudio, dijo que: “fue bastante sorpresivo que una sustancia en la cerveza activa en gran medida el receptor de dopamina D2“.
Los científicos detrás del estudio ahora están investigando si hay bastante hordenina en la cerveza para tener un efecto substancial en los sentimientos y el comportamiento de una persona.