Desafortunadamente, Estados Unidos está atravesando una de las peores crisis de abuso de sustancias ilícitas, sobre todo de fentanilo y otros estupefacientes sintéticos relacionados con efectos similares. Ahora la avenida Kensington, en Filadelfia, Pensilvania, Estados Unidos, está habitada por una abundante cantidad de indigentes y drogadictos que se congregan a lo largo de prácticamente toda su extensión.
Los enfermos, principalmente adictos a algún producto mezclado con fentanilo, algún otro opiode o tranquilizante, deambulan sin rumbo y tambaleándose o con movimientos acartonados que recuerdan a los monstruos no muertos de Walking Dead o de alguna obra de George A. Romero, lo que le ha ganado su infame denominación: la calle zombi.
Un paisaje de pesadilla: miseria por todos lados
En la ciudad de Filadelfia, al menos 5700 personas se consideran indigentes y gran parte de la gente que se encuentra en esa situación se da cita en Kensington, para intentar olvidar su horrible realidad, entregándose a las sustancias estupefacientes que los van destruyendo a un ritmo alarmante. En este sitio, la población no consume drogas, son las drogas las que consumen a las personas.
La gentrificación es parte del problema del empobrecimiento de la población de aproximadamente 42 mil habitantes de “Kenzo”, un apodo más grato que “barrio zombie” para el barrio Kensington. La pobreza y pocos prospectos de mejorar en la vida suelen ser las razones por las que la población ha terminado aceptando a las drogas como una salida de su situación, pero lo único que logran es aumentar el sufrimiento de los habitantes de Filadelfia.
El veneno que circula por la avenida
Otra de las sustancias sumamente comunes en la avenida Kensington y que también ha sido culpada por la grave situación de la zona es la xilacina, apodada popularmente como tranq, que es un tranquilizante muscular de uso veterinario, empleado para tratar caballos y cuyo uso ha sido vinculado con el número de muertes por sobredosis en aumento en Estados Unidos.
La forma más usual del tranq es en conjunto con el fentanilo, que no solo alarga el sentimiento de euforia, sino que además aumenta su potencia y mortalidad, tanto así que más de una cuarta parte de las muertes por sobredosis en Filadelfia tienen que ver con la xilacina.
Las sustancias ilegales llenaron el hueco que dejó la desindustrialización
Siendo descrita en 2017 como “un campamento de drogadictos al aire libre” por la BBC, el sitio que antes estaba boyante de riqueza y trabajadores de la industria, sobre todo del sector financiero y textil, ahora es infame a nivel mundial por el estado deplorable de la población desamparada que ha caído en la miseria debido a la influencia de las sustancias ilegales.
Antes era un barrio que se beneficiaba de la industrialización y cuyos habitantes podían costearse un modo de vida cómodo y saludable, pero ahora esta calle de Filadelfia se ha convertido en símbolo de decadencia y del sufrimiento producto del tráfico ilegal de drogas y la imposibilidad para ayudar a los miles de afectados por esta crisis de salud y moral.