La ley existe para proteger derechos y libertades, lo que mucha gente olvida es que la ley no solo protege los derechos humanos, sino también los de los animales. Sin embargo, constantemente escuchamos historias de maltrato animal donde los abusadores no reciben ningún tipo de castigo, y hay un juez en Estados Unidos que decidió que no pasará este tipo de negligencias en su ciudad.
El juez de la corte municipal de Painesville, Ohio, Michael Cicconetti, estaba cansado de que los maltratadores de animales tuvieran poco o ningún castigo. Dado que las multas y sanciones se hacen para alentar a la población a cumplir un comportamiento legal, él emite correctivos inusuales para enseñar a los abusadores una lección valiosa que seguramente jamás olvidarán.
La defensa del juez Cicconetti por los derechos de los animales se basa en su amor por ellos. El hombre recuerda enamorarse de los animales cuando recibió a su primer perro, de nombre Herman, un tierno y divertido Dachshund. A partir de ahí se prometió respetarlos y cuidarlos. Hoy en día tiene un perro bernés de montaña de diez años llamado Kasey.
¿Qué tiene este hombre de especial? El juez Cicconetti no dicta sanciones peligrosas o ilegales a los abusadores, sino penitencias que les causen incomodidad y vergüenza, y que los hagan aprender la lección recibiendo una cucharada de su propio chocolate.
Como ejemplo tenemos el caso de una mujer que abandonó 35 gatitos en el bosque. Para ayudar a la delincuente a darse cuenta de la gravedad de sus acciones, el juez la sentenció a pasar una noche sola en el bosque. Durante la audiencia, él le dijo:
¿Te gustaría que te dejaran en un parque a altas horas de la noche? ¿Pasarías la noche escuchando a los coyotes, a los mapaches que te rodean en la oscuridad? ¿Te gustaría sentarte allá afuera en el frío, sin saber dónde vas a conseguir tu próxima comida? ¿Sin saber cuándo serás rescatada?
En otro famoso caso, una mujer fue encontrada culpable después de que descubrir que su perro vivía en la inmundicia total. Cicconetti le sentenció a pasar un día en un basurero sucio y maloliente. El juez dijo en su audiencia:
Quiero que vayas al basurero del condado, al vertedero, y quiero que encuentres el lugar más hediondo y horrible que puedas y te siente ahí durante ocho horas a pensar en lo que le hiciste a ese perro mientras hueles tu alrededor. Si vomitas, pues lo haces.
Este juez y amante de los animales nunca planeó hacer estas sentencias inusuales. Comenzó a crearlas cuando notó que el tiempo en la cárcel no era efectivo para hacer que los abusadores se dieran cuenta de la gravedad de sus crímenes, así que decidió adoptar un método poco convencional para hacer que estos delincuentes entraran en razón.
El juez siempre se asegura de que las sentencias que dicta sean adecuadas para los crímenes cometidos. Espera hasta que se escuchen todos los detalles del caso antes de repartir cuidadosamente los castigos.
El juez Cicconetti cree que una solución a largo plazo para este problema es que la educación esté disponible para todos los delincuentes, así como evaluaciones mentales obligatorias para los responsables de este tipo de delitos y, por último, tener un registro similar al de delincuentes sexuales para que los refugios verifiquen antecedentes de futuros adoptantes.
Tal vez no tengamos el poder del juez Cicconetti, pero en nosotros está el proteger los derechos de nuestras mascotas. Si queremos abogar por nuestros queridos y peludos compañeros, podemos comenzar difundiendo conciencia y denunciando a los abusadores de nuestra localidad.