El futbolista de 26 años Amir Nasr-Azadani, quien fue detenido por las autoridades iranís luego de participar en protestas que apoyaban los derechos de las mujeres en el marco del asesinato de Mahsa Amini, ha sido liberado de la pena de muerte, pero ha sido condenado a 26 años de prisión.
La presión mundial del gremio futbolístico, así como artístico ha conseguido una victoria parcial, que deja un muy mal sabor de boca debido a la condena de 26 años en prisión. El jugador está acusado de haber asesinado a tres miembros de las fuerzas de seguridad, colusión para cometer delitos y ser miembro de grupos ilegales, cargos presumiblemente inventados.
Estos cargos han sido aceptados por Amir al estar bajo tortura y amenaza, por lo que su caso sigue siendo una injusticia a todas luces reprobable. El futbolista fue capturado en las protestas suscitadas por el caso de Amini, quien murió en un hospital luego de ser brutalmente golpeada por las fuerzas policiales de Irán debido a que no llevaba el hiyab.
Desde el comienzo, las irregularidades en el proceso judicial de los detenidos durante las manifestaciones mostraron irregularidades, nada raro en el caso de arrestos por motivos políticos en cualquier país. El arresto del futbolista ocurrió el 6 de noviembre y se registró hasta el 14 del mismo mes.
Sin embargo, otras personas no han corrido con la suerte del futbolista, quien, por su profesión, tiene más reflectores sobre él, ya que se informa que alrededor de cuatro ciudadanos ya han sido ejecutados en la horca, personas que fueron detenidas durante las mismas protestas. Por ejemplo, Mohammad Mahdi Karami y Seyed Mohammad Hosseini, quienes fueron ahorcados por “difundir la corrupción en la Tierra”.
Sin duda, la presión global sobre Irán debería seguir en movimiento, así como el compromiso de buscar información sobre todo lo ocurrido y los demás casos de presos políticos en el país, quienes ven su vida amenazada. Además, debemos seguir pugnando por los derechos de la mujer en cualquier latitud del planeta.