De acuerdo con los mayas, el 21 de diciembre de 2012 estaba marcado como el final de una era de la humanidad y con ella del mundo, pero se llegó esa fecha y no pasó nada, y esto se debe a que, de acuerdo con investigadores, los mayas “se equivocaron”, y las explosiones, tsunamis y demás situaciones que terminarían con el planeta no sucedieron, y aquí estamos todavía… Pero tal vez no por mucho tiempo.
Siguiendo el Calendario Juliano, estamos técnicamente en 2012. El número de días perdidos en un año debido al cambio al Calendario Gregoriano es de 11 días. Para 268 años usando el Calendario Gregoriano (1752-2020) multiplicado por 11 días = 2,948 días. 2,948 días/365 días (por año) = 8 años.
—Paolo Tagaloguin
De esta forma, resulta que en realidad el 2012 de los mayas es nuestro 2020, y la fecha no sería el 21 de diciembre, sino el 21 de junio, fecha que ya está muy próxima, así que bien nos podemos ir despidiendo de nuestros seres queridos y tratando de hacer algunas de las cosas que siempre quisimos, ya que el fin está cerca.
Esta catástrofe se pronosticó inicialmente para mayo de 2003, pero cuando no sucedió nada, la fecha del fin del mundo se adelantó a diciembre de 2012 y se vinculó con el final de uno de los ciclos en el antiguo calendario maya, en el solsticio de invierno de 2012. De ahí la fecha pronosticada del fin del mundo, 21 de diciembre de 2012.
Para cualquier reclamo de desastre o cambios dramáticos en 2012, ¿dónde está la ciencia? ¿Dónde está la evidencia? No hay ninguna, y para todas las afirmaciones ficticias, ya sea que se hagan en libros, películas, documentales o en internet, no podemos cambiar ese simple hecho. No hay evidencia creíble de ninguna de las afirmaciones hechas en apoyo de eventos inusuales que tuvieran lugar en diciembre de 2012.
—Paolo Tagaloguin
De acuerdo con la NASA, no existe ninguna evidencia o señal de alerta que pudiera evidenciar que el mundo que conocemos terminará el 21 de junio, aunque si tomamos en cuenta varios de los sucesos que han acontecido en este año, tal vez no suene tan descabellado el pensar en que todo puede terminar. Por si las dudas, empieza a vivir estos días al máximo.