Se estima que actualmente hay más de 85,000 toneladas de plástico en los mares del mundo, entre botellas y sobre todo, bolsas como las que usamos diariamente para cargar las compras en los supermercados, entre otras cosas.
El problema ha adquirido dimensiones alarmantes, pues estos residuos tardarán muchísimos años para que puedan degradarse, con los problemas que esto implica.
Roberto Astete y Cristian Olivares, ingenieros chilenos, conscientes del grave problema en el mundo, empezaron por diseñar detergente biodegradable, pues esta también es una importante fuente de daño a las aguas.
Mientras hacían sus investigaciones, dieron con algo sorprendente: el alcohol de polivinilo (PVA), con lo que se pueden sustituir los derivados del petróleo que se usan en todo el mundo para fabricar las bolsas, lo que las hace solubles en el agua.
Su empresa se llama SoluBag, y Roberto Astete explica:
Nuestro producto deriva de una caliza que no daña el medio ambiente. Esto es como hacer pan. Para hacer pan se necesita harina y otros componentes. Nuestra harina es el alcohol de polivinilo y otros componentes, aprobados por la FDA (la agencia estadounidense para la regulación de alimentos, medicamentos, cosméticos, aparatos médicos, productos biológicos y derivados sanguíneos), que nos ha permitido una materia prima para hacer distintos productos.
Al introducir la bolsa en agua, esta se disuelve prácticamente de inmediato, y lo que queda como residuo es carbono, y de acuerdo a las pruebas que se han realizado, esto no implica daño al líquido, que puede ser bebido sin problema.
En las presentaciones que los ingenieros hacen de su producto, queda claro cómo funciona, y para probarlo, beben el agua en la que acaban de disolver una bolsa:
Este hallazgo no solo sirve para las bolsas de plástico, sino que se puede utilizar para elaborar otros productos, como vasos, platos y cubiertos desechables, que ahora no será necesario llevar a un centro de reciclaje, sino que podrás disolverlos en tu propia casa.
Asimismo, servirá para fabricar algunos materiales de hospital, como protectores de las camillas, batas, gorros, entre otros.
Pero, seguramente te estarás preguntando qué pasará el día que vayas de compras al supermercado y esté lloviendo…
Bien, al momento de producirlas, se puede programar una temperatura a la que se disuelvan, así que la lluvia no las afectaría. Podrás disolverlas en tu casa, simplemente calentando agua, como si fueras a beber café o un té.
Estos dos ingenieros se han ganado ya el reconocimiento en Chile, e incluso ganaron una beca para estar en Sillicon Valley y seguir impulsando su empresa, la cual es muy viable, pues aseguran que el usar esta fórmula en lugar de la tradicional con derivados de petróleo, no eleva los costos de producción.
De no cambiar el rumbo, se estima que para 2050 se producirían 1,124 millones de toneladas de plástico al año, lo que sería catastrófico. Aquí hay una buena alternativa; ojalá se implemente en todo el mundo.